El CHUA evalúa siete casos de afectados por talidomida

T.R
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El CHUA tenía localizados cinco casos, pero a través de la búsqueda activa realizada por los centros de salud fueron hallados otros dos pacientes más, el último de ellos acaba de comenzar el estudio diagnóstico

El CHUA evalúa siete casos de afectados por talidomida - Foto: EFE Zipi

La talidomida empezó a usarse hace 60 años con fines sedantes y como calmante de las náuseas matutinas de las embarazadas. Sin embargo, este polémico medicamento -comercializado principalmente por la farmacéutica Grünenthal- causó malformaciones a miles de personas en todo el mundo. En España, los afectados, en torno a 3.000, llevan años peleando para que se les indemnice por los daños causados, un compromiso que se fraguó a finales del año pasado fruto de un acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Sanidad y la Asociación de Víctimas de Afectados por la Talidomida (Avite), que permitía a los afectados solicitar la revisión de su caso, con la correspondiente evaluación médica, para ver si tenían derecho a indemnización.

En la provincia de Albacete son siete los pacientes con malformaciones por talidomida evaluados o en proceso de evaluación. De hecho, los informes con las pruebas diagnósticas y genéticas de cinco de ellos ya están en el Instituto de Salud Carlos III, otro está en proceso de la obtención de los resultados genéticos, y un séptimo caso, de un paciente que llegó al Complejo Hospitalario Universitario (CHUA) de Albacete hace menos de un mes está en período de evaluación. Dos de los afectados fueron localizados a través de la búsqueda activa iniciada por los centros de salud.

Según informó el subdirector médico del Área Integrada de Albacete, el doctor Carlos Romero, fue a finales de enero de este año cuando a instancias del Consejo Interterritorial de Salud se instaba a las comunidades autónomas a que evaluaran a los afectados con la creación de una oficina técnica a la que los pacientes debían dirigirse enviando una solicitud.

En el caso del Complejo Hospitalario de Albacete, la unidad de valoración se decidió que fuera el Servicio de Rehabilitación, cuyos profesionales se han ocupado de ver a los pacientes, conocer su historia clínica y demandarle varias pruebas (ecocardiograma, ecografía abdominal, exploración por parte del otorrino y del fondo de ojo por los oftalmólogos), y una determinación genética para excluir o confirmar que la afectación talidomídica pudiera ser genética y no achacable al fármaco en cuestión.

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