El Albacete Balompié comenzó con derrota su nueva andadura en Segunda División en un partido marcado por la debilidad defensiva de los manchegos ante un Alcorcón que demostró una gran pegada ante las facilidades ofrecidas por los de Luis César. Mucho tendrá que mejorar este Alba en defensa para no pasar apuros porque el resto de las líneas ofrecieron un gran nivel.

El Albacete comenzó nervioso, se notaba que en el terreno de juego había muchos futbolistas que debutaban en la categoría. Los manchegos intentaron hacer el juego que le devolvió a Segunda, pero el Alcorcón llegaba con la lección aprendida y su presión sobre la salida del balón de los manchegos propició numerosas imprecisiones en los de Luis César, que vieron como las primeras llegadas al área eran de los madrileños, como dos disparos al lateral de la red de Óscar Plano en los primeros ocho minutos. El Alcorcón era mucho más peligroso ante un Alba que no lograba conectar con sus hombres de ataque y cuya defensa era un manojo de nervios.

Con el paso de los minutos el Albacete se quitó los nervios y tras un par de acercamientos sin mucho peligro, mereció adelantarse en el marcador tras un centro sobre la marcha de César Díaz que remató en plancha totalmente solo Chumbi, pero la pelota se marchó rozando el palo. Curiosamente cuando mejor estaba el Albacete, llegó el tanto del Alcorcón. Martínez se marcó una jugada de lujo por la izquierda, ganó la línea de fondo y dio el pase de la muerte a David Rodríguez que no perdonó a bocajarro.

El tanto desquició a un Albacete que empezaba a ver lo que cuesta ganar en Segunda. Y el nerviosismo aumentó cuando Valdés Aller no señaló un penalti sobre Jorge Díaz, quizá porque el uruguayo exageró la caída, pero contacto hubo.

Golazo. Los blancos se habían ido del partido, no eran capaces de hilvanar tres pases seguidos, mientras que el Alcorcón daba la sensación de que, sin hacer nada del otro mundo, podía matar el partido.

Pero cuando los manchegos pedían el descanso a gritos llegó el empate. Fran García, que en defensa pasó apuros, pero que aportó mucho en ataque, puso un centro raso que enganchó César Díaz de primeras para marcar con un disparo ajustado al palo ante el delirio de una afición que no paró de animar en todo el partido. Con el empate las cosas se calmaron y el Albacete volvió a centrarse para llegar al descanso con un empate justo entre dos equipos muy diferentes.

Debilidad atrás. Tras el descanso el Alcorcón dio un paso adelante y comenzó con fuerza. Los alfareros encontraron una autopista en los laterales de los manchegos, a los que le falta contundencia defensiva y ahí hizo mucho daño. Luis César dejó en el banquillo a un Chumbi que llevaba amarilla  y dio entrada al goleador de la pasada temporada Rubén Cruz.

De hecho a los nueve minutos, en una jugada por la derecha los madrileños se aprovecharon de la debilidad defensiva de los de Luis César y tras un gran centro Bellvís se adelantó a Antoñito en el segundo palo para marcar de cabeza.

El Alba estaba otra vez a remolque y se tuvo que poner manos a la obra para tratar de remontar. Y pudo empatar tras un robo de Jorge Díaz que se quedó solo ante Falcón, pero se aturrulló y la jugada acabó en saque de esquina. Tras ese córner pudo empatar Rubén Cruz con un cabezazo que se marchó fuera por poco.

El partido estaba loco, el Albacete había tocado a zafarrancho, pero descuidaba su retaguardia y el Alcorcón lejos de controlar el juego trataba de pescar en río revuelto. Jorge Díaz se convirtió en el protagonista de las mejores acciones del Alba, volviendo a reclamar penalti en una  jugada con Nagore -que parecía claro- y después disparando flojo tras una buena jugada personal.

El Albacete apretaba y obtuvo su fruto tras un gran centro de Antoñito que cabeceó a la escuadra de forma espléndida Rubén Cruz. De nuevo tablas en el marcador y con el Albacete en alza. Metió Luis César a Cidoncha en el campo para intentar dar el golpe definitivo y culminar la remontada.

Apretaban los manchegos que tenían encerrado al Alcorcón hasta que el minuto 81 Pol Bueso se complicó la vida en un balón fácil, dejó que David Rodríguez se lo robara y lejos de frenarlo con una falta, le dejó continuar hasta la frontal para armar un disparo ajustado al palo que acabó con el Albacete.