José Miguel Garrido, presidente del Albacete Balompié admitía el pasado miércoles que la situación económica del club es «preocupante y difícil», lo que se pone de manifiesto en las cuentas que presentará en la Junta General Ordinaria, prevista para el próximo día 10 de octubre.

El informe de auditoría es extremadamente elocuente. Pese al ascenso de categoría que mejora las perspectivas, las sombras de la deuda que arrastra la entidad siguen pesando como una losa, especialmente la que se ha de satisfacer a corto plazo. Según el balance de situación, la deuda alcanzaba hace dos meses y medio casi los 12.400.000 euros, lo que supone un incremento de casi el 4% con relación al año anterior.

La sociedad adeuda casi siete millones de euros a largo plazo, la mayor parte relativa al concurso de acreedores, cuyos convenio general con los acreedores ordinarios se ha incumplido en el último ejercicio, lo que significa que, según la normativa concursal, podría suponer la apertura de la fase de liquidación. «El pago de la deuda concursal en los plazos y por los importes acordados en el convenio es fundamental para la viabilidad y continuidad de la sociedad», recuerda el auditor.

Los datos contables son elocuentes. El patrimonio neto de la sociedad es de 312.871 euros, inferior a la mitad de la cifra del capital social. Aunque este trance no es nuevo para el Albacete Balompié, conviene recordar que la SADse encuentra en este momento en una situación legal de disolución.

El ascenso de categoría ha supuesto, indudablemente, una mejoría en las expectativas. La auditoría señala que se prevé que se puedan conseguir beneficios futuros si se acomete una política presupuestaria «estricta» que permita hacer frente a la deuda corriente y concursal.

Pero estas consideraciones de carácter general no parecen suficientes para confiar en un futuro diferente. El propio informe declara que existe «una incertidumbre sobre la capacidad de la sociedad para continuar con su actividad de forma que pueda realizarse sus activos y liquidar sus pasivos por los importes y según la clasificación con que figuran registrados en las cuentas anuales...».

En efecto, los datos extraídos del balance así lo confirman. El fondo de maniobra del club es de -4.155.000 euros, lo que implica «problemas financieros significativos por parte del club para satisfacer su deuda corriente», pero también la concursal, ya que sólo se han pagado 1.159.000 euros (sobre todo a Hacienda y la Seguridad Social) y aún hay pendiente de satisfacer su mayor parte (7.124.000 euros). El problema es más acuciante si se tiene en cuenta que a corto plazo hay que abonar 932.000 euros.

Es la memoria del ejercicio anual la que despeja dudas acerca de la deuda con las administraciones públicas, que alcanzaba a 30 de junio los 8.081.000 euros, de los que 2.637.000 eran a corto plazo. Ello incluye el IVA, IRPF, intereses y recargos, organismos de la SS y la deuda concursal que se mantiene con ambos organismos.

La soga sigue apretando, pues, al Albacete Balompié, uno de los clubes cuya situación es más «preocupante» según señaló días atrás Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional.

El informe de auditoría contiene bastantes consideraciones técnicas, aunque una llama la atención:«Existe una limitación al alcance impuesta por la sociedad puesto que no hemos recibido por parte de los asesores legales de la compañía documentación que nos permita analizar la totalidad de los litigios y contingencias en los que podría estar inmersa y cuya información podría suponer la necesidad de ajustar las cuentas anuales adjuntas».