Hay perros que te tocan el alma, aunque no sepas el porqué. Para Oscar Murguía, uno de los mejores educadores caninos de Euskadi, ese perro se llama Aruck. Y ese perro, ‘su’ perro, desapareció el 16 de este mes, mientras volvía a la provincia de Álava, donde reside, tras impartir un curso de pastoreo con perro en la localidad valenciana de L’Ollería. «Volvía de impartir el curso en una ranchera cerrada con toldo, en unas jaulas iban seis perros, entre ellos Aruck -explica Oscar a La Tribuna- y cuando llegamos a Murguía, abrimos las jaulas y sólo salieron cinco, faltaba Aruck y no sabemos qué puede haber pasado». 

Durante su viaje, hicieron dos paradas. La primera, en la gasolinera de Bonete, en nuestra provincia, en Albacete; la segunda, en Villaviciosa de Odón, localidad situada en la Comunidad de Madrid. «Hemos visto las cámaras de vídeo en la gasolinera de Madrid, y no hemos visto nada raro; pero en Bonete, tuvimos la mala suerte de aparcar en un punto ciego, no lo sabíamos, no nos dimos cuenta, pero  habíamos aparcado en una zona que no controlaban las cámaras, por eso no podemos descartar un robo, no sabemos qué pudo hacer pasado». 

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