Valencia es más urbana que nunca. Y es que ayer se clausuró el Poliniza 2012, la VII edición del Festival de Arte Urbano de la Universidad Politécnica de la capital del Turia (UPV), una cita de referencia en el mundo del arte callejero desde su creación en 2006 que se ha celebrado en el campus de Vera.
Así, los 19 grafiteros seleccionados, junto con los alumnos de la asignatura Pintura y Entorno que se imparte en la Facultad de Bellas Artes de la UPV, pudieron plasmar sus creaciones en los más de 500 metros cuadrados de los distintos muros del campus que se dispusieron para la ocasión.
De esta forma, numerosas exposiciones, publicaciones, conciertos, charlas y debates, exhibiciones de break dance, parkour, capoeira, BMX o skate, y un amplio programa de actividades han hecho que el festival logre convertirse en una de las cita imprescindibles en el calendario del mundo más urbano y callejero.
En esta edición se pretendió potenciar la vertiente didáctica del evento, para lo cual se programaron cuatro conferencias, que acercaron al público asistente el street art desde visiones tan alejadas geográficamente de nuestro país como las de Chiapas (México) o Bogotá (Colombia).
El festival, que consiguió tener al graffiti como principal protagonista, contó con la participación de Hugo Huitzi, Dinora Palma y Jaime Martínez, gracias al convenio de colaboración firmado entre la Universidad de las Ciencias y las Artes de Chiapas (Unicach) y la UPV, y los colombianos Bastardilla y Stinkfish. La cita incluyó también la muestra Polinizar objetos y dibujos, y que continuará unos días más en uno de los vestíbulo de entrada a la Facultad de Bellas Artes.
Gracias a esta unión, además de participar en la pintura de los muros, Jaime Martínez habló acerca de El Garabato en el Foro de las Artes de la Unicach; y Dinora Palma ofreció la conferencia La escuela de Artes Visuales de la Unicach desde una mirada vivencia.
Todo un símbilo. Este festival es solo un ejemplo de la cultura urbana que se respira desde hace ya varias décadas. Y es que el graffiti comenzó a mediados de los años 60 en Nueva York, influido por la música Hip-hop. El primer artista firmaba como TAKI 183, aunque su nombre verdadero era Demetrius y era un joven griego que trabajaba como mensajero. Pintaba su rúbrica en los sitios donde entregaba documentos. Se hizo famoso y muchos jóvenes empezaron a imitarle y a buscar lugares llamativos donde dejar su huella.