Una visión renovada del realismo mágico

A. Díaz
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José Antonio Bernad presenta hasta el 19 de abril una exposición en el Museo Municipal de Albacete, con 25 obras, resultado de una selección de su trabajo en los tres últimos años

Realismo mágico, dibujo, figura,  perfecto juego con el color o las luces, sombras y evocación. Esta nueva visión la encontramos en la pintura de José Antonio Bernad,  en las 25 obras que presenta en el Museo Municipal de Albacete, hasta el 19 de abril.

El artista comentó a La Tribuna de Albacete que «mi pintura se puede definir como realismo mágico, pintura figurativa, casi siempre con presencia de personas en situaciones que pueden ser un poco fantásticas. La realidad a veces me aburre e intento inventar otras paralelas en las que pueda entrar y sentirme mejor».

Reconocía el artista que le interesa el ser humano y «sus sentimientos, que llevo a situaciones que me motiven, por lo que casi siempre hay personas en una temática variada; no hay un concepto general y cada cuadro tiene su pequeña historia detrás. Las imágenes vienen y las desarrollo individualmente, a veces cambia mucho de esa primera imagen al cuadro final. Normalmente, cuando empiezo a pintar, intento tenerlo bastante claro para no fallar, porque en la pintura realista, creo, hay que tener bien planeado lo que vas a hacer. Hay muchos estudios y bocetos previos, pruebas de color, para que cuando me sitúe ante e cuadro lo tenga muy claro».

No le interesan los temas clásicos de la pintura realista, aunque tampoco los descarta y «estos cuadros, por ejemplo, no me han pedido demasiado paisaje, pero el día que me lo pidan, lo haré, aunque sí que alguno, las figuras están dentro de algún paisaje, porque es un género que me gusta, como me interesa el retrato, del que aquí encontramos tres o cuatro».

La perfección técnica se percibe en todas las obras de José Antonio Bernad, ese profundo estudio que le lleva a plasmar una idea, incluso podríamos hablar de pintura meticulosa que el artista utiliza llevar a pintura sus ideas, «porque en los detalles también hay pequeñas historias y si no se pintan con un poco de tiempo, no se consiguen plasmar». En cuanto a sus colores, advertía, «cada cuadro pide una armonía y no descarto ninguno, ni tengo preferencias, aunque sí intento que no sean demasiado saturados, ni que haya una feria de color, y que haya armonía, nada más».

Podemos ver en el Museo Municipal óleo, sobre lienzo, aunque «últimamente utilizo más tabla, porque es menos delicada, con tamaños medios, pero no hay predilección, porque cada uno de ellos los he imaginado en un tamaño».  Ha traído obra de los últimos tres años a su primera exposición individual, «todo es inédito y como me dedico a pintar, no hay que olvidar que el fin último de esto es presentarlo, exhibirlo ante la gente para que te conozcan».