Bale comienza a 'saldar' su deuda con el madrid

DPA
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El galés consigue cambiar las críticas recibidas a lo largo de la campaña por alabanzas gracias al tanto que dio el título copero al equipo blanco el pasado miércoles en Mestalla

Bale comienza a ‘saldar’ su deuda con el madrid - Foto: SERGIO PEREZ

Fueron los ocho segundos más importantes en la corta historia de Gareth Bale en el Real Madrid, el tiempo que el galés tardó en recorrer 58 metros para marcar el gol de la final de Copa del Rey que le sirvió para comenzar a ‘devolver’ parte de los más de 95 millones de euros que pagó el cuadro blanco por su fichaje. Ganó el conjunto ‘merengue’ por 2-1 al Barcelona gracias a ese tanto del extremo, una diana que define lo que es este futbolista: un rayo, un jugador ‘resultadista’, que aporta estadísticas en forma de tantos y asistencias. Y, según se vio el pasado miércoles, también de títulos.

Mucho se había debatido en los días previos al choque sobre el valor de un ‘crack’ que no había aparecido en las citas importantes de la temporada. De hecho, no le había hecho ningún gol al conjunto ‘culé’. Pero parece que se había reservado para la noche en la que se decidía un campeonato ante el ‘archienemigo’ de los blancos. La acción fue casi sobrenatural. Fabio Coentrao puso un balón largo y Bale arrancó desde el centro del campo en un momento en el que los jugadores ya viajaban al límite de sus fuerzas, y, a veces, mucho más allá. No era el caso del ‘crack’ de los ‘merengues’.

Al cruce salió el defensor Marc Bartra, que, consciente de su inferioridad física, pues, además, llegó al choque ‘por los pelos’ debido a unas molestias musculares, intentó derribarlo para frenar su carrera. De hecho, el canterano azulgrana lo sacó del campo, pero el galés sorprendió a todo el mundo cuando siguió su épica ‘cabalgada’, apretó los dientes, regresó al terreno de juego y exigió a su musculado físico un cambio de marcha más para dejar tirado a su rival. Lo siguiente fue superar a José Manuel Pinto. Con desesperación, con drama, con chorros de sudor cayendo de su flequillo, el galés remató con suavidad un balón que pasó entre las piernas del arquero. El resto es historia.

En esa jugada, además de su calidad y potencia, Bale mostró su cultura deportiva británica y, lejos de irse al suelo al sentir el contacto de Bartra, redobló el esfuerzo de su carrera. No es lo que suele hacer el futbolista moderno, que tiene tendencia a acabar en el césped en cuanto nota un contacto.

Fue una jugada descomunal que, además, sirvió para darle un título al Real Madrid, el primero del británico con la camiseta blanca y el comienzo de la rentabilización de los más de 90 millones de euros que la entidad de Concha Espina desembolsó por él en el pasado mercado de verano.

«Ha sido increíble, creo que nunca he visto nada igual. Parecía que el balón salía del terreno, le empujan, corre por fuera del campo... Impresionante», lo elogió Xabi Alonso. «Bale tiene mucha potencia y tiene frialdad para definir. Lo ha hecho muy bien», lamentó el técnico azulgrana, Gerardo ‘Tata’ Martino, tras el encuentro.

Reivindicación. El gol también tuvo mucho de reivindicación para un jugador que sufrió críticas durante toda la temporada, algo que iba en el precio de lo que pagó el Real Madrid por él.

Pero en Bale nadie podrá encontrar nunca a un futbolista implicado en el juego colectivo y combinativo del equipo. Él es, ante todo, un extremo ‘resultadista’, que aporta estadística en forma de asistencias y goles. Lleva 20 esta temporada.

La final de Copa añadió, asimismo, otra simbología. Tras el monumental gol del galés, llegó la gran ocasión del brasileño Neymar, el otro fichaje multimillonario de la temporada, pero el ‘crack’ del Barcelona estrelló el balón en el palo y se quedó sin la gloria que se llevó el jugador blanco.

«Con ese gol, el galés ha justificado los casi 100 millones que se pagaron por él, fue todo un regalo para Florentino. Todo lo contrario que Neymar, que no se puede decir que haya tenido una buena campaña, acorde con las expectativas que había levantado», razonó el periódico catalán Sport.

Y es que, gracias a esa soberbia jugada, el británico acaparó todos los focos de un partido que, una vez más, está provocando que arrecien las críticas sobre Messi. El argentino ofreció la misma imagen de las últimas semanas, la de un jugador poco implicado en el juego de su equipo. Esta versión es la de un futbolista intrascendente, lo peor que se puede decir actualmente de un ‘astro’ como él.

Mientras en la Ciudad Condal dudan del que ha sido su jugador emblema durante los años más laureados de la Historia del club ‘culé’, la ciudad de Valencia, escenario de la final, trajo el alumbramiento de una nueva ‘estrella’ para la hinchada blanca, ávida de encontrar otro jugador al que ofrecer su cariño, más allá de Cristiano Ronaldo. Su nombre es Bale. Apareció en una cita grande para satisfacción de su presidente, Florentino Pérez, el hombre que se empeñó en pagar su astronómico fichaje, tan criticado en su momento por esos casi 100 millones de euros. De momento, con su tanto en la final copera, el galés entregó parte de lo que ‘debe’.

Horas después de su gol decisivo, lo curioso fue ver cómo uno de los futbolistas más tímidos e introvertidos del Real Madrid era capaz de elevar hacia las nubes la euforia en su afición, que, en pleno éxito tras vencer al terno rival, contempla con nuevas expectativas la semifinal de Champions ante el Bayern Múnich de Pep Guardiola, duelo a doble partido, que comenzará el próximo miércoles.