Un bar por cada 185 vecinos

I. M.
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Después de varios ejercicios seguidos con caídas de ventas y clientes y cierres de establecimientos, el 2015 acabó con 2.124 bares registrados en la provincia, 54 más que en el 2014, y con 485 restaurantes, 15 más que en el 2014

A finales del 2013, cinco años después de que se hubiese iniciado la crisis económica, había en la provincia 1.920 establecimientos de restauración y hostelería, según el informe económico anual que elaboraba La Caixa. Estos 1.920 establecimientos suponían sobre una población de 402.837 habitantes, un bar por cada 209 vecinos, pero igualmente suponían un 20%, no obstante, menos sobre los que había, según este mismo informe, en la provincia en el 2012.

 Una caída del consumo es lo que, en definitiva, propició en el 2013 sobre el 2012 ese descenso en la actividad hostelera albacentense y por lo tanto una merma importante de su masa asalariada. Y  todo ello, además, en un sector ya de por sí muy acostumbrado a la rotación, con continuos cierres y aperturas.

Si el 2013 no fue un buen año para los hosteleros albacetense, el anterior, el 2012 tampoco lo había sido como tampoco lo fue el siguiente ejercicio, el 2014. Habrá que esperar, no obstante, hasta finales del pasado año para que los famosos brotes verdes comiencen  a dar la cara y ya se pueda empezar a hablar de repunte en la hostelería gracias fundamentalmente a una mayor presencia de clientes, según explica el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete, Apeht, Juan Sánchez.

 Que el pasado año hubo más movimiento sobre el 2014 asimismo va quedar reflejado en las cifras. Así, según datos facilitados por la Delegación de la Junta en  Albacete, si el 2014 se cerró con 2.070 bares y 470 restaurantes abiertos entre 130 localizaciones diferentes   (86 municipios, la Entidad Local Menor de Aguas Nuevas y 43 pedanías), al ejercicio siguiente ya estamos hablando de 2.124 bares, o lo que es lo mismo, 54 más que a diciembre del 2014,  y de 485 restaurantes, o lo que es lo mismo, 15 más sobre el 2014.  

100.000 pucheros. Además, si en el 2013 en la provincia había un bar por cada 209 vecinos, en el 2014 sobre una población de 396.987 habitantes estamos hablando de un bar por cada 191 vecinos y de un restaurante por cada  844 vecinos y al año siguiente, en el 2015, sobre una población en la provincia de 394.580 habitantes estamos hablando de un bar por cada 185 vecinos y de un restaurante por cada 813 vecinos.

Brotes verdes no sólo se notaron en coincidencia con los últimos meses del 2015, sino que continuaron el pasado enero, lo que resultó, en palabras del presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete  (Apeht), Juan Sánchez, toda una sorpresa.

En febrero, por contra, el consumo se vuelve a estacar. Quizás sea porque el frío volvió o porque  la incertidumbre continúa estando muy presente a nivel de los hogares, pero lo cierto es que, añade Sánchez, el pasado mes resultó incluso más flojo que febrero del pasado año y eso que estaban igualmente los pucheros y que estos llegaron incluso a venderse por encima de años anteriores alcanzándose en esta última edición por encima de los 100.000 vendidos.

Tras los pucheros, como es conocido, en diferentes  localidades de la provincia, será el turno de las tapas, mientras que en lo que es la capital la próxima cita gastronómica bajo organización de la Apeht, serán los ‘mini’, en la que será, por otra parte, su tercera edición.  A celebrarse antes del verano con un formato similar al que empezó en Almansa y continúo en Villarrobledo y luego en La Roda, el pasado año se celebró en la ciudad  durante tres fines de semana seguidos del mes de mayo con la participación de 68 establecimientos que sirvieron a sus clientes toda una variedad de bocadillos, chapatas, baguetes, sandwich, creps o cualquier producto que tenga una base de harina, al precio de dos euros, excluida la bebida.  Ahora bien, antes de los ‘mini’ llegará la Semana Santa y las expectativas son buenas, como lo fueron en el 2015, tanto a nivel de turismo rural como de restauración si bien en esto no hay una regla fija que aplicar a la provincia, pues todo dependerá de la zona o de la comarca de la que estemos hablando.

 No obstante, como indica a continuación Sánchez, para animar a la clientela están las jornadas gastronómicas pero también están los precios, los cuales, explica,  «se han llegado a ajustar de tal manera que el margen comercial  que nos ha quedado a los hosteleros es prácticamente nulo. Lo que está claro es que si este sector ha podido soportar estos años de crisis económica es porque detrás de muchos de estos negocios quien está tirando es la  propia familia, o simplemente porque son microempresas con una media de uno o dos trabajadores, y no grandes empresas. De momento, además, la previsión es que se mantengan igual a cómo están hoy por hoy».