La toma de contacto con la alta competición puede ser traicionera: las primeras jornadas son un terreno abonado para la sorpresa, porque mientras los grandes favoritos calientan motores y ahorran fuerzas para la fase final, la ilusión de los ‘modestos’ puede amargarles el tránsito. Nada de esto sucedió en la jornada de esta semana, una de las más goleadoras en la Historia de la Champions (56 tantos en 16 partidos, una media de tres goles y medio por encuentro), en la que los máximos aspirantes según todos los pronósticos (Barcelona, Real Madrid, Bayern de Múnich, Chelsea y Dortmund) sacaron las garras.  

La mención especial, qué duda cabe, es para el conjunto de Guardiola. Su exhibición en Roma, ante su gran rival (con permiso del City) en el grupo, fue apoteósica. El 1-7 estuvo plagado de verticalidad, presión e intensidad. Un partido redondo que liquida muchas de las dudas que habían suscitado sus dos primeros partidos, ganados con un 1-0 y un 0-1.

El vigente campeón, igualmente, sentenció en Anfield en un solo tiempo y pudo dedicar el segundo  a pensar en el ‘clásico’ del sábado ante el Barça. Jamás había vencido el Real Madrid en Liverpool... y lo hizo con una autoridad más que notable. Y si el bloque blanco llegará relativamente descansado, qué decir de un Barça que se aprovechó de un Ajax que puso las cosas demasiado sencillas. Conquistó un 3-1 con gran sencillez y minutos de refresco para Messi, Neymar (ambos goleadores de nuevo) e Iniesta.

Y el subcampeón también exhibió facultades. Demostró que no solo es un equipo más que capacitado para la estrategia y el juego aéreo, sino que de la mano de Arda Turan y Koke es posible combinar y golear. Así que la única decepción, y son ya tres jornadas consecutivas, para el fútbol español, fue el 2-1 que encajó el Athletic en Oporto, un resultado que le aleja casi definitivamente de la clasificación para la siguiente fase.

Por último, en el apartado de aspirantes, el Chelsea y el Dortmund hicieron buenos los pronósticos con sendas goleadas. Los ingleses en casa (sin Diego Costa) ante un débil Maribor, y los alemanes haciendo gala de nuevo de una velocidad de movimientos asombrosa (¿Cómo puede estar haciéndolo tan mal en la Bundesliga... y exhibir tanto poderío en Europa?) ante el Galatasaray.