Grave riesgo de fractura para el Gobierno alemán de la canciller Angela Merkel tras el anuncio a última hora de ayer de la dimisión del ministro del Interior y líder de la CSU, Horst Seehofer, del Ejecutivo de Berlín por estar en amplio desacuerdo con la jefa de Gabinete en política migratoria.

El bávaro comunicó su decisión después de una maratoniana reunión de siete horas con su partido en Múnich en la que tomo la determinación de salir del Ejecutivo y de  dimitir también como presidente del CSU, actual socio minoritario de un Gobierno que apenas sobrepasa los 100 días de mandato.

De esta forma quedó patente que el enfrentamiento entre las dos formaciones conservadores del Ejecutivo alemán no se zanjó con el acuerdo migratorio alcanzado en Bruselas la semana pasada, quebrando de nuevo el guion de esta crisis. Los compromisos firmados con 14 países de la Unión Europea para endurecer la política de asilo no cumplieron con las expectativas del titular de Interior.

Según medios alemanes, Seehofer aseguró en el encuentro que los acuerdos del Consejo Europeo eran insuficientes y sus efectos no podrían compararse con lo que se conseguiría cerrando la frontera germana a los inmigrantes registrados ya en otro país europeo, que era su principal propuesta.