Joan Rosell quiso estar ayer con los empresarios de Castilla-La Mancha, como viene haciendo todos los años, pero no sólo con los que reciben premios, sino también con los que no tienen galardones en sus vitrinas y siguen adelante... Y además con todos aquellos que se han quedado en el camino por culpa de la crisis y que se cuentan por miles desde 2007.  «No han llegado al final del camino», aseguró  ayer durante su intervención el presidente nacional de la CEOE. Pidió a esos empresarios «que lo vuelvan a intentar, porque los sacrificios valen la pena con la creación de productos, servicios y empleo».

Rosell tuvo, por tanto, palabras para los que ya decidieron ser empresarios. Pero además también se dirigió a los jóvenes que tienen dudas. «Todos tenemos que convencerlos de que es bueno ser empresario», declaró el presidente de CEOE. Admitió que es «lanzarse al riesgo y la aventura», pero también defendió que se trata de «hacer un proyecto de vida a través de la empresa».

El presidente de la patronal nacional no ocultó que después de tantos años de crisis, ahora se ven algunas cifras buenas. «Empezamos a tener ya datos positivos, esperanzadores, y que nos vienen uno de tras de otro», apuntó. Al respecto, defendió las reformas estructurales que ha emprendido el Gobierno. En el caso de la reforma laboral, destacó que se ha conseguido la «flexibilización» y puso en valor el acuerdo que se alcanzó con los empresarios para la moderación salarial. También aplaudió la reforma del sistema financiero, aunque lamentó que no se hubiera acometido antes como hicieron otro países.

Esta batería de reformas que seguirá con las de la administración o mercado único son una de las ventajas que ve Rosell para el futuro de España. Comentó que otros países no están haciendo reformas de este calado y que España acabará por adelantarlos y ganarles en competitividad.