Después de que la Procuradoría General de México apuntase al alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y a su esposa como presuntos autores intelectuales de la desaparición de 43 estudiantes y ordenase su busca y captura -ambos se encuentran prófugos desde hace varios días-, una multitud de personas salieron ayer a las calles de México D.F. para reclamar justicia en una movilización que estuvo encabezada por los padres de los alumnos.

«Vengo a esta marcha porque una gran parte de la población estamos indignados por los sucesos violentos de Iguala. Estamos aquí porque esto no puede seguir pasando. Estos sucesos nos demuestran que nos están matando. Tenemos un México destrozado», defendió un manifestante.

Miles de personas mostraron su apoyo a los familiares de los desaparecidos, que recibían a su paso gritos continuos de «¡No estáis solos!» y largas ovaciones. Los concentrados clamaban contra la impunidad y volvían a reiterar que lo sucedido en el estado de Guerrero no es un caso aislado.

«Es una muestra de que la sociedad mexicana está harta desde hace tiempo. Ante este terrorismo de estado, la gente no se queda callada, sale a la calle», defendía otro asistente a la marcha de mediana edad que quería apoyar la movilización emprendida por los estudiantes.

Una luz por Ayotzinapa fue el nombre de la protesta, que forma parte de las actuaciones que universitarios de todo el país organizaron por toda la nación.

Bajo gritos de «¡Los queremos vivos!» y «Ayotzinapa somos todos», una multitud de estudiantes mostraron su rabia e indignación ante este suceso, considerado por Human Right Watch como la mayor catástrofe en materia de Derechos Humanos que vive el país desde la matanza de Tlatelolco, en 1968.

«Salimos para reclamar justicia porque ya estamos hartos del Gobierno. Solo a partir de que nos movilizamos y digamos basta es como se pueden cambiar las cosas. Ayotzinapa lanzó un mensaje: si la gente no se compromete con las causas, todos vamos a sufrir el trágico destino que tuvieron estos estudiantes», destacó otro manifestante.

En este sentido, los familiares de los 43 normalistas dieron un plazo de 48 horas -que se cumplen mañana- a las autoridades para informar sobre el paradero de los jóvenes.

«Dos días, si no, que se atengan a las consecuencias», señaló el padre de uno de los desaparecidos durante el mitin que se celebró en la plaza de la Constitución de la capital.

Durante ese acto, decenas de seres cercanos a los estudiantes tomaron la palabra para pedir la renuncia del gobernador de Guerrero y exigir más rapidez en las investigaciones. «Si quieren guerra, la van a tener», apuntó una madre.

«No permitamos que nuevamente el marco de la impunidad deje sin castigo a los responsables intelectuales y materiales de este crimen de lesa humanidad», agregó, para concluir que seguirán «en lucha para exigir justicia».

Mientras tanto, maestros y estudiantes de Magisterio incendiaron el Ayuntamiento de Iguala al término de su concentración de protesta, cumpliendo así con su amenaza, efectuada a principios de esta semana, en la que avisaban de que «radicalizarían» sus actuaciones.