«La Audiencia Territorial es clave para el desarrollo de la ciudad»

JOSECHU GUILLAMÓN
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El escrito e historiador albacetense, Vicente Pascual Carrión, ha dedicado tres años a la creación de su nuevo libro

Vicente Pascual Carrión, historiador y escritor. - Foto: Arturo Pérez

El historiador y escritor albacetense, Vicente Pascual Carrión Iñiguez, ha dedicado tres años a la creación de su nuevo libro Albacete, ciudad de tradición judicial. De la Real Audiencia Territorial al Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (1834-2014), que presentará el presidente del Tribunal Supremo de España y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes Serrano, el próximo día 5 de junio de 2014, a las 18 horas, en el centro cultural de la Asunción.     

El libro recoge la historia judicial de Albacete desde 1834 hasta 2014 ¿Cuáles han sido los momentos clave?

La provincia de Albacete se crea el 30 de noviembre de 1833 y unos meses más tarde, el 26 de enero de 1834, La Gaceta de Madrid publica la creación de una serie de Audiencias Territoriales, hay dos de nueva creación, que son la de Burgos y la de Albacete. Con este reordenamiento, el mapa judicial de España cambia. Hasta el momento, los asuntos judiciales de Albacete se dirimían en la Real Cancillería de Granada. A partir de este momento se crea la Audiencia Territorial, que se instala en el viejo convento de San Agustín, donde hoy esta el Palacio de Justicia actual.

¿Cómo se decidió la ubicación de la Audiencia?

 Se nombró un regente, figura que a partir de 1868 se les llama presidentes, que fue Pedro Simó, que viene de Madrid acompañado del arquitecto Juan Pedro Ayegui y de un secretario, Luis Vicent. Simó que viene en la diligencia de la tarde, según los documentos,  es recibido alegremente por las autoridades y se lleva un chasco tremendo al entrar en Albacete.

¿Por qué?

Albacete en marzo de 1834 no tenía ni siquiera el título de ciudad, era una villa, con unas carencias de todo tipo, realmente grandes. En unión con el Ayuntamiento y el arquitecto Ayegui se busca una ubicación para instalar la Audiencia. En Albacete había pocos sitios, los únicos eran los viejos conventos desamortizados. Se estudia el convento de San Francisco en la calle Zapateros, pero no les gusta el sitio. También se piensa en usar algunas salas del viejo Ayuntamiento de la Plaza de Mayor y tampoco les gusta y al final se deciden por el viejo caserón del convento desamortizado de San Agustín, que se encontraba donde está el actual Palacio de Justicia, que entonces ocupaba la mitad del Paseo de la Libertad y de la calle Salamanca que era parte del convento.

Supongo que la llegada de la Audiencia Territorial supone un gran avance para la ciudad.

Yo creo y estoy convencido y a además lo demuestro en este libro, que es la institución clave en el futuro desarrollo de la ciudad de Albacete. Se producen otros hechos, unos años antes se produce la desecación del canal de María Cristina, lo que propicia un hábitat mejor, llega el ferrocarril, la Feria... pero esta institución no sólo supone mucho, entre otras cosas la llegada de numerosos magistrados. Numerosas familias conocidas de Albacete hoy día se asientan en la ciudad por aquellos traslados.

Eran necesarios muchos magistrados porque la Audiencia Territorial daba cobertura a un gran territorio.

Debe quedar claro que en un primer momento el ámbito de la Audiencia Territorial lo comprendían las provincias de Cuenca, Ciudad Real y Murcia.

Una provincia, la de Murcia, que quería la Audiencia Territorial.

A pesar de las constantes pretensiones murcianas, que han durado hasta el siglo XX, porque algunos políticos querían que el Tribunal Superior de Justicia estuviera en Murcia, Albacete hizo suya la Audiencia Territorial. El Ayuntamiento y sobre todo Diputación Provincial a lo largo de la historia han hecho unos esfuerzos impresionantes para que Albacete siempre fuera sede de la Audiencia Territorial. Y no sólo es el Ayuntamiento, también son los habitantes de Albacete los que luchan por su permanencia en la ciudad, realizando incluso empréstitos para poder llevar a cabo obras para mejorar las instalaciones de Albacete. Cuenca y Ciudad Real no pusieron obstáculos para que la sede fuera albacetense, pero tampoco colaboraron económicamente, mientras que Murcia lo que quiso siempre es llevarse la sede.

Los inicios de la Audiencia Territorial de Albacete no fueron nada fáciles.

Lo que quiero reflejar en este libro es que la villa de Albacete primero y a partir de 1962 la ciudad hace suya la Audiencia Territorial, es patrimonio albacetense. En segundo lugar quiero destacar el empeño de todos los gobiernos por mantener la sede en la ciudad, sean del signo  y de la época que sean, frente a las pretensiones murcianas y las presiones, que fueron muy importantes, porque Murcia era una ciudad floreciente. Sin embargo, el Gobierno mantiene que Albacete sea la sede de la Audiencia Territorial, porque se encuentra en el centro del territorio. Hay momentos en que, sobre todo hasta 1840, las dificultades son muchas.

¿Puede citar alguna?

Al poco tiempo de instalarse la Audiencia en Albacete se traslada a Murcia, por las guerras carlistas y allí permanece unos meses. Vuelve a Albacete y en 1837 se tiene que refugiar en el fuerte (entonces no se le llamaba castillo) de Peñas de San Pedro y de allí sale huyendo hasta Cartagena, donde permanece hasta finales de 1840. Los primeros años fueron muy convulsos y la Audiencia vivió en itinerancia. Todo esto ha propiciado la pérdida de una documentación inestimable, porque las condiciones de los traslados en aquella época eran como eran.

Otro de los hitos importantes que se reflejan en el libro es el nacimiento del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJC-LM).

Como consecuencia del nuevo reordenamiento judicial recogido en la Constitución, el 29 de mayo de 1989, se constituyen en toda España los Tribunales Superiores de Justicia de cada región, en toda España, el mismo día y a la misma hora. Aquí en Albacete el acto estuvo presidido por un vocal del Consejo General del Poder Judicial, Pablo Castellanos y el presidente en ese momento del TSJC-LM era José Rodríguez Jiménez, que había sido el último presidente de la Audiencia Territorial. Posteriormente le sucedió el primer albacetense en presidir la Audiencia, Emilio Frías y actualmente lo preside Vicente Manuel Rouco Rodríguez.

¿Qué supuso para la ciudad el contar con el TSJC-LM?

Hay que decir que con estos cambios Murcia deja de depender de Albacete, siendo dependientes con la nueva situación Guadalajara, Toledo, Cuenca y Ciudad Real. Esto para la ciudad supuso el seguir manteniendo su tradición judicial y que todo el ordenamiento jurídico castellanomanchego se dirime en nuestra ciudad, con todo lo que eso supone y con las miles de personas que trabajan en esta institución, no sólo en Albacete.

Imagino que otro de los temas a los que se dedicará el libro serán los cambios arquitectónicos por los que ha pasado la sede judicial.

El primitivo edificio de la Audiencia Territorial no es el actual, lo era el viejo convento de San Agustín. El Ayuntamiento autorizó que se instalará allí la sede de la Audiencia Territorial y el convento era un viejo edificio, con unos materiales muy pobres, lo que provocó que sufriera diversas remodelaciones. La más importante de todas es la que tiene lugar en 1857, que la lleva a cabo un ilustrísimo arquitecto albacetense, que fue Francisco Jareño, nacido en la calle de la Feria. Él remodela el viejo convento y podemos decir que casi lo hace nuevo. Esa remodelación se utiliza para abrir el Paseo de la Libertad, que era el Paseo del Progreso y la calle Gaona, que es la actual calle Salamanca, porque eran las dos vías que llevaban al ferrocarril, que en esos momentos estaba instalando en Albacete José de Salamanca, que fue uno de los prohombres que también defendió con gran firmeza que Albacete fuera sede de la Audiencia frente a las pretensiones murcianas. Hace un bello edificio, de dos plantas, cuya puerta principal daba a la calle San Agustín.

Pero este edificio fue modificado otra vez.

Este edificio permanece en este estado hasta 1944, cuando Baldomero Pérez Villena, un arquitecto de Albacete, lo remodela y le añade un piso nuevo y la fachada se cambia de la calle San Agustín al Paseo de la Libertad. Lamentablemente ese edificio a finales de 1974 se derriba y se construye el actual, que es obra de los arquitectos Álvarez de Sotomayor y Lizarriturri, con el que he hablado personalmente, que son los que llevan a cabo el proyecto del edificio actual, que arquitectónicamente se enmarca en la línea de los edificios judiciales del momento, sobre todo del Ministerio de Justicia. Este edificio fue inaugurado por los Reyes de España el 7 de marzo de 1980.

Antes hablaba de las pretensiones murcianas pero posteriormente vinieron las presiones toledanas ¿Cree que el TSJC-LM pudo acabar en Toledo o podría terminar allí en el futuro?

Estoy convencido de que en el futuro eso no va a suceder, pero si que es verdad que en el momento de la configuración autonómica de España se habló de una posible integración en Murcia y también Toledo luchó mucho por ello y llegó a ofrecer instalaciones espectaculares para que la capitalidad judicial se pasase de Albacete a Toledo, afortunadamente esto no sucedió.