Sangre que es oro

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
-

Son raros, por escasos. Algunos pacientes descubren al necesitar una transfusión que sus glóbulos rojos son tan poco frecuentes que apenas hay quien les pueda donar

Una sanitaria muestra una bolsa de sangre extraída en su fase de reposo. - Foto: José Miguel Esparcia

Si por un accidente o una intervención quirúrgica perdemos mucha sangre, recibir una transfusión es vital para sobrevivir. Cada año, miles de albaceteños donan este valioso líquido que circula por sus venas y arterias; en 2013 (últimos datos oficiales disponibles) se efectuaron en toda la provincia cerca de 17.900 donaciones.

Toda es válida, aunque una más que otra, y no porque sea ‘sangre azul’, sino por su escasez. Y es que tipos sanguíneos hay más de uno y no todos están igual de presentes en la población. La sangre se clasifica en función de una sustancia, llamada antígeno, que está en la superficie de los glóbulos rojos.

Hay más de 300 tipos de antígenos, que pueden estar o no estar presentes en este tejido líquido que es la sangre. Estos antígenos se agrupan a su vez en más de 30 sistemas sanguíneos ya definidos, aunque los más conocidos con el sistema ABO y el Rh. «Si estudiamos la sangre de una persona, podemos decir que es A+, es decir que tiene el antígeno A, pero además podemos ir añadiendo una serie de letras para ir clasificándola en función de los antígenos que encontremos», explica Natalia Hernández de León, hematóloga del Banco de Sangre del Complejo Hospitalario de Albacete.

Tener uno y otro antígeno es una cuestión de herencia genética y no tendría mayor importancia de no ser porque a lo largo de nuestra vida podemos necesitar una transfusión. El problema lo tiene la persona que carece de un antígeno que sí que tiene el resto de la gente y que además ha desarrollado un anticuerpo que ataca a ese antígeno, porque es muy difícil encontrar una sangre que le sea compatible. Si a una persona le falta un antígeno que tiene el 99% de la población, su sangre se considera poco común. Si ese porcentaje se eleva al 99,99% se habla de sangre rara.

Al año, 6.000 transfusiones. «Es infrecuente, pero surgen problemas», admite Hernández de León. En el hospital de Albacete, más de 6.000 pacientes al año se preparan ante la eventualidad de necesitar una transfusión, bien sea porque sufren algún tipo de patología o por una urgencia médica.

Antes de cada transfusión se toman precauciones y se mira la compatibilidad. Una muestra del rojo líquido de cada paciente viaja hasta los laboratorios para ser analizada. En poco menos de una hora, se sabe qué tipo de sangre puede admitir ese paciente. Rara vez, hay que enviar la sangre a centros de referencia de Madrid, Barcelona o Valencia, para que concluyan el análisis con técnicas más complejas. «Siempre se hace este estudio», explica la hematóloga «aunque en casos de urgencia si la persona se está desangrando hay que asumir el riesgo de hacer la transfusión». El peligro es que el paciente rechace la transfusión y sufra una reacción hemolítica. «Nunca me he visto en una de esas», dice la hematóloga, que afortunadamente siempre que se ha tropezado con un paciente con sangre rara o poco frecuente estaba ante una intervención programada, con tiempo suficiente para reaccionar.

Si la sangre transfundida no es compatible, la reacción puede llegar a ser fatal. Los hematíes transfundidos se rompen y liberan una sustancia que pueden afectar a la coagulación o al riñón, «se puede sobrevivir, pero también puede ser muy grave, no todos los anticuerpos son igual de malos y depende además de la cantidad de sangre que se haya puesto, de lo rápido que se detecte la reacción...».

una entre un millón

el tipo bombay

Quizás el fenotipo más extraño de los detectados en Albacete en los últimos tiempos es el de una paciente con sangre Bombay, llamada así porque entre la población india es más frecuente. Si la posibilidad de encontrar un donante compatible en la India es de uno entre 13.000, en España se estima que la frecuencia es de uno entre un millón.

Las personas con sangre Bombay tienen anticuerpos que les impiden recibir otro tipo sanguíneo, pues corren el riesgo de sufrir una «hemólisis severa». Con esta paciente albaceteña, el caso se resolvió con un autotransfusión, «cogimos sangre suya, la guardamos y el día de la cirugía estuvo preparada por si hubiera sido necesaria».

No fue así, pero esta preciada sangre no fue desechada, sino que se envío a Madrid para su congelación, un proceso que no es posible realizar en Albacete. La sangre rara es la única que se congela en España, las bolsas se localizan en distintos centros de referencia (Cataluña, Madrid, Galicia y Comunidad Valenciana). A nivel internacional, existe un banco de donantes de fenotipo raro que coordina la OMS desde un centro que está en Bristol (Inglaterra). Siempre que es posible, los médicos prefieren transfundir sangre fresca; los hematíes conservados en cámara frigoríficas a entre dos y ocho grados aguantan sin caducar hasta 42 días.

Esta albaceteña Bombay, además, ha sido ‘fichada’ para formar parte del censo de donantes de sangre rara. Su familia también fue investigada, pero tan sólo ella tiene esta particularidad.

catorce en albacete

sangre sin cellano

Otro caso complicado surgió con un paciente que necesitaba transfusiones crónicas. Cada dos o tres semanas acudía al hospital a recibir su dosis vital, con el problema de que su cuerpo había desarrollado un anticellano, es decir, un anticuerpo contra el celano, un antígeno que está en la sangre del 99,8% de la gente. O lo que es lo mismo, sólo un 0,02% de la población tiene sangre cellano negativo.

Encontrarlos es casi como buscar una aguja en un pajar, pero el Banco de Sangre de Albacete lo hizo. Se pusieron manos a la obra y lo consiguieron: entre los más de 60.000 donantes registrados que hay encontraron 14 cuya sangre no tiene cellano. Así que, cada vez que esta persona necesitaba una transfusión, avisaban a estos donantes salvadores. Ahora no se encuentran en esa circunstancia, pero sí que cada vez que estas 14 personas realizan una donación, su sangre es apartada y reservada.

La sangre de los cellano negativo no fue necesario enviarla fuera a congelar porque, siendo rara, sí que es posible encontrar donantes con cierta facilidad.

rara, pero no peligrosa

pacientes antichido

Otros dos pacientes hicieron saltar las alarmas del laboratorio del Banco de Sangre hace un tiempo: tienen sangre antichido. El 98% de la sangre es incompatible con la suya. Su rareza no supone riesgo ni peligro, porque su cuerpo no reacciona de manera grave cuando reciben una transfusión de sangre no compatible. La auto transfusión en estos casos no fue posible, porque el estado de salud de los pacientes les impedía donar, así que se optó por transfundirles una sangre «lo más parecida a la suya posible, para que no generen otro anticuerpo».

Más que en el hallazgo de la sangre para la transfusión, la complejidad de estos casos estuvo en el diagnóstico, pues las técnicas para llegar a detectar el anticuerpo contra el antígeno chido son «muy complejas» y el riesgo era que ese anticuerpo estuviese «enmascarando» otro cuya presencia es más peligrosa.

a tener en cuenta

sangre e pequeña

Sin llegar a ser rara, hay algunos tipos de sangre, como la O-, la llamada sangre universal, que debe ser cuidada. Aunque este fenotipo sirve a todo el mundo, los conocidos como donantes universales sólo pueden recibir el suyo.

«Tenemos un 10% de donantes universales, pero también un 7,47% de pacientes que necesitan esa sangre, si la gastamos en pacientes de otros grupos podríamos encontrarnos con problemas, por eso sólo hay que usarla cuando no te queda otra, es decir ante una urgencia médica en la que no te da tiempo a analizar el grupo, pues esa sangre es aceptada por la mayoría a no ser que tengan un anticuerpo a un fenotipo raro», explica la hematóloga.

Otra letra a tener en cuenta es la e pequeño, un antígeno del sistema Rh que sólo está ausente en un 3% de la población.

Siempre que se recibe una donación, se estudia si la sangre es e- para tener reservas suficientes en caso de que se presente un receptor con anticuerpos dirigidos contra el antígeno e. «Esa sangre la tenemos un poco más reservada, aunque no la dejamos caducar y la utilizamos para transfundir antes de que pasen los 42 días porque no es perjudicial, pero sí que tratamos de tener reservas».