García Tejerina cree que el campo español sale reforzado de la crisis

E.F./Albacete
-

Ante una nutrida representación de la industria agroalimentaria regional, la ministra de Agricultura cree que tras las reformas aplicadas esta legislatura el sector agropecuario está preparado para competir en los mercados mundiales

Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, fue la invitada de honor del desayuno informativo del Grupo Promecal y Globalcaja que tuvo lugar ayer en los salones del Hotel Beatriz de Albacete.
La ministra llegó al lugar elegido para la celebración del evento acompañada por la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal; el presidente del Grupo Promecal, Antonio Miguel Méndez Pozo, y Carlos de la Sierra, vicepresidente de GlobalCaja, entidad coorganizadora del certamen junto al grupo de comunicación propietario de Las Tribunas en Castilla-La Mancha.
En el lugar elegido para el evento, le aguardaba una amplia representación de empresas, cooperativas, entidades e instituciones vinculadas al mundo del campo, entre ellas integrantes de la Administración nacional, regional y local; las principales organizaciones agrarias, como Asaja y UPA;  el ITAP; la Junta  Central de Regantes de la Mancha Oriental, los colegios profesionales o la Universidad de Castilla-La Mancha, entre muchos otros y hasta completar cerca de 300 invitados llegados de toda la región.
Tras una breve introducción por parte de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, la responsable de Agricultura en el Gobierno Rajoy tomó la palabra, para hablar del pasado que se encontró el PP al tomar las riendas del Gobierno, en 2011, hacer balance de lo ya conseguido en el presente y dar unos cuantos avances de lo que está por venir en próximos meses, como por ejemplo el inicio en junio de los trabajos de una nueva fase de la sustitución de bombeos en la Mancha Oriental, en el área de Balazote-La Herrera.
 
El Ministerio fantasma. «En  2011, cuando el PP llegó al Gobierno, por no haber, no había ni ministerio de Agricultura -recordaba García Tejerina- y, en cuanto a la situación financiera general, fueron tiempos en los que sentías miedo al abrir un cajón al azar».
El marco económico era una auténtica película de terror. Un nueve por ciento de déficit real, un desplome en la recaudación de 70.000 millones, intereses del siete por ciento para financiarse en los mercados internacionales y la perspectiva de una década perdida para el país en el terreno económico y social.
«En el terreno agrario, nos encontramos con una negociación de la PAC a medias, en unos términos muy perjudiciales para el país y con una ficha financiera que, de haber transigido con ella, hubiese supuesto un fortísimo recorte para los agricultores y ganaderos de toda España».
Con los plazos en contra y teniendo que soportar en corrillos y mesas de negociación la misma pregunta en las 24 lenguas oficiales de la UE («¿cuándo pedís el rescate?»), el equipo del anterior ministro, Miguel Arias Cañete, se puso a renegociar lo negociado, hasta llegar a una ficha financiera de 47.000 millones de euros.
«Esta cifra no solo representó un éxito político -destacó- sino algo mucho más importante, garantizar el 30% de los ingresos brutos de 900.000 familias españolas, y mantener 7.000 pueblos que dependen de la actividad agraria».
En paralelo, la nueva PAC permitió introducir algunas viejas aspiraciones del sector agrario, como vincular las ayudas a la actividad agraria real, para evitar que el dinero se fuese a los «agricultores de salón» y establecer una reserva del ocho por ciento, detraída de las propias ayudas, para respaldar a los jóvenes agricultores o a los sectores más desprotegidos.
 
Política agraria real. Tras  la negociación «in extremis» de la  reforma de la PAC, llegó el momento de hacer política agraria real. Y, en este terreno, García Tejerina hizo balance de lo ya conseguido en esta legislatura,  a la que ye la queda menos de un año.
Así, se refirió a la Ley de Integración Cooperativa, que quiere conseguir que estas empresas lleguen a tener el tamaño de sus homólogas europeas; la Ley de la Cadena Alimentaria, que mejora la transparencia en el sector y regula  las condiciones y contenidos de los contratos en el sector.
También habló de la creación de las nuevas interprofesionales, entre las que destacó, entre todas «a una que es crucial para esta comunidad autónoma, la del vino», el apoyo a la I+D+i en el sector y cifró buena parte de sus esperanzas de futuro inmediato para el sector a la «internacionalización».
«El saldo de nuestra balanza exportadora agraria es positivo, de 10.000 millones de euros -remarcó- y puede ir a más, porque las previsiones de crecimiento de la población mundial hacen prever un fuerte incremento en la demanda mundial de alimentos; creemos que gracias a las reformas emprendidas, nuestro sector agroalimentario está muy bien preparado para este escenario».
En paralelo, se ha conseguido  conciliar el desarrollo económico con el respeto al medio ambiente, en campos tan espinosos como el agua, terminando en un solo año la revisión de los Planes de Cuenca del Tajo, Segura o Júcar, que acumulaban años de retraso; también se ha promulgado una nueva legislación de parques nacionales o se han ampliado depuradoras, como las de Hellín, Almansa o la propia Albacete», manifestó.
 
Retos inmediatos. Estos logros, precisó, permiten mirar el futuro inmediato con optimismo. En lo tocante a su departamento, quedan por delante los desarrollos técnicos y reglamentarios de la Ley de la Cadena Alimentaria,  terminar una nueva revisión de los planes de cuenca antes del mes de diciembre, o avanzar en nuevos proyectos de integración cooperativa, en los sectores del ovino de carne, del ovino de leche, del aceite o del vino «en los que Castilla-La Mancha tiene un gran peso».
Y, en clave más local, anunció que «en poco tiempo, y cuando digo poco tiempo me refiero al mes de junio, comenzarán en Albacete  las obras de una nueva fase del programa de sustitución de bombeos de la Mancha Oriental, en la zona de Balazote-La Herrera».
Pero, para llegar a todo esto, remarcó, es preciso que el actual Ejecutivo central mantenga la confianza de los españoles en la gestión desarrollada en los últimos tres años y medio «porque el futuro de España llegará con tasas de crecimiento del PIB del tres por ciento, o no llegará».