De las casas baratas a las grilleras

Maite Martínez Blanco
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Las primeras viviendas sociales de Fátima, construidas por la Obra Sindicalista, se vendieron en 1944 por 35.000 pesetas

Vista del mercado de Fátima y las casas baratas tomada desde la torre de la parroquia. - Foto: Rubén Serrallé

«Fátima es muy barrio y muy parroquia», opina el vicario Pedro Roldán. Mucho tiene que ver el origen del barrio de las casas baratas, colonizado por mucha gente que en la posguerra emigró de los pueblos a la ciudad. Las gentes que lo habitan y la propia morfología de esta barriada hacen que entre ellos exista un gran sentimiento como tal, dicen sus vecinos, entre ellos el propio arquitecto que ahora restaura la iglesia de Fátima.

Los primeros ladrillos de las Casas Baratas se pusieron al inicio de la década de los 40, por aquel entonces Albacete estaba despoblada más allá de la calle Pérez Galdós y Joaquín Quijada. La Obra Sindical del Hogar expropio y compró casi 15 hectáreas de tierra para construir 1.000 viviendas y se dispuso a levantar una barriada desconectada de la ciudad.

Las primeras 92 casas se entregaron, como no, un 18 de julio de 1944. La prensa rezaba:  «Nuevas viviendas sanas y alegres», venían a dar respuesta a la escasez de vivienda para dar cobijo a familias humildes. Las más caras se vendieron a 35.144 pesetas, dinero que se amortizaba encuotas mensuales de 128 pesetas. La primera fase (244 viviendas) se terminó en 1946 y para 1955 se planificó la construcción del mercado, la iglesia, las escuelas y una piscina, la de Educación y Descanso. El barrio se terminó en 1957 con la construcción de las últimas 48 casas. No todas las casas son iguales. Se empezó construyendo viviendas dignas siguiendo la «doctrina falangista» y se termina produciendo bloques con «menos criterios sociales», opina el investigador José María Magán Perales.

En las conocidas como Casas Baratas hay pequeños chalés de dos plantas con jardín exterior y patio, que en los tiempos de la burbuja se cotizaron, y mucho, aunque ahora su precio pueda rondar por los 200.000 euros. La mayoría conservan su fisionomía original, y muchos el color blanco, pero en los últimos años los particulares han ido introduciendo algunos elementos en las fachadas (como pizarras o mármoles) e incluso cambios estructurales que desvirtúan el diseño original de este poblado de la colonización. Incluso algunos están siendo ya demolidos para dejar paso a nuevos edificios.

También hay casas en bloques, pisos agrupados en grandes manzanas con un espacio interior para que cada vecino pudiera tener su propio corral y jardín. Las últimas fases de viviendas que se edificaron, ya levantadas al otro lado de Circunvalación, redujeron tanto sus dimensiones tanto que merecieron el apelativo de las grilleras.

La Residencia del Seguro Obligatorio, hoy Hospital Perpetuo Socorro, empezó a funcionar en noviembre de 1956 y el Seminario en 1953.