La totalidad de los bomberos del Parque albacetense han participado en un curso sobre mercancías peligrosas, con el fin de estar preparados para atender emergencias en las que tengan que trabajar con combustibles, gas y cualquier tipo de producto tóxico.

Aunque este tipo de siniestros puedan parecer poco habituales, lo cierto es que pueden tener lugar en cualquier momento, de hecho, este año en Albacete se ha producido una emergencia de estas características y el pasado miércoles un camión con mercancías peligrosas sufría un vuelco muy cerca de Alcázar de San Juan, que obligaba a cortar la CM-3105 durante más de 10 horas.

Por eso, para el suboficial de Formación del Servicio Contra Incendios de Albacete, Tomás García, es fundamental no dejar nunca de formarse. «En Albacete hemos tenido varios casos de camiones que transportaban gasolina accidentados, también un camión con 700 botellas de butano en un accidente de tráfico frontal con una víctima mortal. Ha habido fugas en la estación de nafta (combustible) y es algo que puede ocurrir en cualquier momento. Por eso nos formamos continuamente».

El curso. Para formar a todos los bomberos, el curso se ha realizado en cinco turnos de 18 funcionarios, de los cuales el último finalizó ayer con un gran simulacro. Además de los miembros de cada turno, también se han formado algunos bomberos del Sepei (Servicio Especiales de Prevención y Extinción de Incendios).

Cada turno ha realizado un curso de 21 horas, en el que se han impartido cerca de seis horas teóricas para recordar protocolos y conceptos y ampliar información en cuanto a mejoras técnicas, además de otras 15 horas prácticas, en las que se han llevado a cabo diferentes ejercicios.

En las primeras prácticas, los bomberos han aprendido a identificar que tipo de mercancías peligrosas puede haber en cada caso, a través de las placas del camión, de las fichas de seguridad y otros elementos.

En segundo lugar, se les ha enseñado a elegir el equipo de protección adecuado para el manejo de cada mercancía y la puesta y la retirada del traje, que es casi tan importante como la propia intervención, como comenta el suboficial García. «En ocasiones tenemos que trabajar con gases más peligrosos que el ébola, hay mercancías letales, tanto por vía respiratoria, como por vía cutánea».

La tercera y última práctica que tuvo lugar ayer, consistió en hacer dos simulacros generales, que sirvieron para poner a prueba todo lo aprendido y corregir los errores cometidos.

A lo largo del año, los bomberos también han realizado un curso sobre fuegos industriales.