La AUGC pide agrupar cuarteles sin reducir los guardias

Maite Martínez Blanco
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Hay puestos de la Guardia Civil con tan pocos agentes que no son operativos, como el de Villaverde de Guadalimar que se ha quedado con un solo cabo. El plan es concentrar efectivos para poder patrullar más

Los pueblos ya no son lo que eran. Aquellas figuras del médico y el maestro que residían entre sus convecinos casi pasaron a la historia. Ni tan siquiera todas las parroquias tienen cura. Los servicios públicos se han ido reorganizando a golpe de despoblación. Consultorios médicos comarcales y colegios rurales agrupados fue la respuesta dada por sanidad y educación. Sin embargo, la Guardia Civil, de cuya presencia depende la seguridad en el mundo rural, mantiene el mismo despliegue desde el siglo XIX, «de cuando los guardias iban en bicicleta», dice un conocedor del cuerpo. 
Los cuarteles son los mismos desde hace tiempo, pero con menos guardias. Sobre el mapa de despliegue territorial de la benemérita en Albacete figuran 49 puestos hace años. Los recortes en empleo público de estos años de crisis han hecho mella en los efectivos. Hasta el año 2009 hubo convocatorias masivas para la Guardia Civil, pero en 2010 se cortó en seco y apenas si se cubría el 10% de los agentes jubilados. Al fin este último ejercicio la tasa de reposición fue del 100%, es decir, se cubren todas las jubilaciones y ya no se pierden efectivos. Pero la pérdida acumulada ahí está, la plantilla de Albacete que ronda los 800 agentes es en torno a un 6% inferior a la que había hace ocho años. 
La Asociación Unificada de la Guardia Civil viene denunciando que hay puestos con tan pocos guardias que no pueden hacer ni una sola patrulla en su demarcación y reivindica una reorganización del despliegue de la benemérita. Su responsable nacional, Alberto Moya, pidió ante la comisión para estudio del modelo policial del siglo XXI, en el Congreso de los Diputados, que los 2.700 puestos actuales se agrupen en unidades comarcales y se las dote de tecnología para que los guardias civiles puedan concentrarse en el servicio más próximo al ciudadano. Según sus cuentas, un 20% de la plantilla de la Guardia Civil se dedica exclusivamente a funciones de mando y tareas burocráticas.

 

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