El fiscal concluye que el procesado mató a los dos dominicanos sin testigos

MARCELO ORTEGA
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La acusación pública mantiene la petición de 36 años de cárcel para D.M.R. por el doble crimen ocurrido en el piso de la calle Baños

Al fondo, el fiscal repasa el vídeo donde aparece uno de los cuerpos. - Foto: A. Pérez

El ministerio público ya tiene claras sus conclusiones y los argumentos que a su juicio sirven para condenar al dominicano D.M.R. por el asesinato a cuchilladas de dos compatriotas en el piso de la calle Baños, la tarde del 2 de marzo de 2013. Dichos argumentos se van a escuchar esta mañana en la novena sesión del juicio que la Audiencia Provincial está celebrando. Los nueve miembros del jurado tendrán que estar hoy atentos a esas explicaciones y después a los de la defensa de D.M.R., que por el contrario, dará cuenta de las razones por las que pide la libre absolución del dominicano. Ayer el fiscal sí indicó que sus conclusiones no varían en la petición de condena: propone 18 años de cárcel por cada asesinato para D.M.R., es decir, 36 años de prisión, la misma edad que tenían los fallecidos, los primos L.N.B. y W.A.B.

Aunque el fiscal no ha modificado la condena, sí ha cambiado el relato de los hechos, a tenor de lo visto y oído en el juicio. La diferencia entre el relato inicial y éste está en que ahora considera que no hubo ningún testigo del doble asesinato. Inicialmente, siguiendo la confesión de D.M.R., la acusación señalaba que una persona «no identificada» «llegaba a la casa de la calle Baños, donde ya estaba D.M.R., y empezaba una pelea con L.N.B., momento que el acusado aprovechaba para asestar las primeras puñaladas a LN.B.; después, esa persona no identificada huía, se encontraba en la escalera con W.A.B., ambos volvían, y de nuevo el acusado asestaba las cuchilladas a W.A.B. en presencia del testigo, que otra vez huía de la casa.

Para la Policía Nacional, esta versión de los hechos era «una semifantasía» de D.M.R., y ahora la Fiscalía asume también esa tesis para decir que D.M.R. cometió los crímenes sin nadie en el piso. La tesis se refrendaría con la versión policial de que no hubo señales de pelea en el piso, no hubo gente en la casa, y ningún vecino oyó una riña o altercado previo ni vio subir a gente a la casa en las horas previas a la muerte.

UN SOLO ARMA. En la última sesión de pruebas, ayer, antes de  las conclusiones de fiscal y defensa, el jurado tuvo tiempo de escuchar las explicaciones de los forenses que realizaron las autopsias a los fallecidos, una prueba importante. Los forenses repasaron las heridas que tenían los cuerpos, tres en el de W.A.B., dos de ellas casi simétricas a ambos lados del cuello. Una de esas heridas seccionó la carótida y se hundió 20 centímetros en el cuerpo de la víctima.

Respecto al cadáver de L.N.B., el que se encontró en el salón de la casa, tenía 12 cuchilladas, algunas sólo cortantes. La forense indicó que una de ellas en el cuello daño traquea, esófago, pulmón... introduciéndose también 20 centímetros. La forense indicó que las heridas de ambos cuerpos podrían haber sido causadas con el mismo arma: «son heridas compatibles», explicó, al mismo tiempo que dijo que no es posible determinar quién de los dos falleció primero. La médico forense explicó también que los fallecidos habían «cenado» antes de la muerte (arroz, en concreto), porque no habían empezado a hacer la digestión, pero, teniendo en cuenta sólo las autopsias,  la hora de las muertes se establecería «entre las 18 y las 23,30 horas». Otras pruebas aportadas en el tribunal por testigos y por las llamadas situarían la hora de las muertes entre las 19 y las 20 horas.