Médicos del Hospital piden que se cree un Instituto de Investigación

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
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Al no contar con este respaldo, tienen cada vez más problemas para acceder a fondos del Gobierno.

Instalaciones de la Unidad de Investigación del Complejo Hospitalario de Albacete. - Foto: Rubén Serrallé

Médicos y biólogos o bioquímicos se dan la mano en la investigación traslacional. Los primeros detectan los problemas en la consulta y con la ayuda de los segundos tratan de buscarle remedio en el laboratorio.

Este camino es el que tratan de recorrer algunos profesionales del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete que investigan, sobre todo, en dos campos: oncología y neurociencia. Ese aunar lo que pasa en las consultas médicas y en los laboratorios es la apuesta reciente, integrar investigación clínica y básica. «Se trata de utilizar conocimientos biomédicos básicos, de biología molecular, genética... en la investigación clínica y hacerlo lo más rápidamente posible, ser útiles para el paciente», sentencia Alberto Ocaña, director científico de la Gerencia Integrada de Albacete.

«Si un médico no se hace preguntas cada día, si no está alerta, acabará siendo un profesional quemado por la rutina, la presión asistencial y emocional», proclamaba el neurólogo Tomás Segura en una reciente conferencia ofrecida en el complejo en fechas recientes.

En Albacete son varios los médicos que se han dejado picar por el gusanillo de la curiosidad y están realizando investigaciones. A su disposición tienen una serie de servicios comunes, que pasan por un animalario para los experimentos, un banco de tumores, sendas unidades de apoyo a la investigación clínica y experimental, además de los laboratorios de Histología, cultivos celulares y Biología Molecular. Desde los 90 existe en el Complejo Hospitalario una unidad de investigación configurada como tal. En el año 2005, con dinero llegado de Europa, se construyó un edificio de tres plantas bien equipado, pero con escaso personal.

Lo exiguos presupuestos reservados a investigación y las trabas burocráticas no se lo ponen fácil. «Ha habido una reducción dramática de fondos de investigación», dice Ocaña, que reparte su tiempo entre el laboratorio y la consulta de oncología donde los pacientes llenan el pasillo. Aunque admite que parece haber algo más de dinero, duda que se trate de una apuesta a largo plazo.

El principal problema es de personal. Hoy en la Unidad de Investigación trabajan unas 20 personas,  entre médicos que compatibilizan la asistencia a pacientes con el estudio y personal de laboratorio. Dicen que si tuvieran más profesionales podrían hacer mucho más y se lamentan de los obstáculos que tienen que sortear. «Hemos perdido competitividad, y muchas veces no es por nosotros, sino porque las estructuras gubernamentales nos impiden acceder a algunos fondos», explica Ocaña.

<b>FINANCIACIÓN.</b> El dinero se busca debajo de las piedras. Buena parte de los fondos, -el 80%, estima el doctor Segura-, llega de los ensayos clínicos en los que participan para demostrar la eficacia de nuevos fármacos o procedimientos. Ese capital revierte en nuevas investigaciones, el problema es que sólo pueden ser destinados a comprar material y no a pagar personal. «Estamos luchando para fidelizar al personal utilizando estos fondos, ya que el Sescam no tiene presupuesto para hacerlo», reclama el neurólogo.

La otra gran vía de ingresos es la obtención de subvenciones y ayudas para sufragar proyectos de investigación. Y aquí el problema con el que se encuentran los médicos e investigadores es burocrático. El Fondo de Investigación Sanitaria (FIS), que gestiona el Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Economía, está premiando en sus últimas convocatorias las solicitudes que llevan de los Institutos de Investigación Sanitaria (ISS) constituidos como tal, por tanto, las peticiones que llegan desde la Unidad de Investigación del Hospital de Albacete parten en desventaja. «Hay fondos a los que no se puede acceder, ni como hospital, ni como universidad,... sólo si eres instituto de investigación», se queja Ocaña, que augura un mal pronóstico para la investigación clínica en el hospital si no se corrige esta situación. El paso previo a la creación de un instituto sería la constitución de una fundación, entidad jurídica que, además, les permitiría recibir dinero de donaciones privadas para investigación sin necesidad de tener que pasar por la Fundación de Parapléjicos de Toledo, como sucede actualmente.

Ante tal adversidad, y esperando una solución a este obstáculo burocrático, los investigadores albaceteños están poniendo sus miras en Europa, donde tratan de captar dinero para seguir con sus estudios, mientras claman porque se ponga remedio a esta cuestión.