Casi un centenar de feligreses congregados ayer en el Salón Cultural de Carcelén no solo respaldaron, sino que hasta vitorearon a su párroco, Mario Manuel Ortiz González, puesto en libertad tras haber permanecido varios días detenido por la Guardia Civil.
El padre Mario, o Don Mario, convocó ayer a su parroquia en el citado salón, a iniciativa propia, para dar su versión de lo sucedido y someterse a las preguntas de los vecinos. Según él mismo explicó, el motivo de su detención es que se le acusaba de ser uno de los presuntos miembros de una organización criminal.
Según explicó el sacerdote, «hace tiempo, conocí a una pareja latina que buscaba iglesia para que su hija tomase la primera comunión; busqué en Albacete, en la Catedral, pero fue imposible y, al final, la niña tomó la comunión en Villavaliente».
Por este favor, el cura estuvo entre los invitados a la ceremonia. Posteriormente, explicó a preguntas de uno de los vecinos, «comí con ellos dos o tres veces más, a incluso ellos visitaron Carcelén, pero jamás sospeché de ellos».
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