El espectacular inicio de campaña de Tomeu

Juan Carrizo
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El guardameta manacorí, que cumple su tercera temporada en las filas del Albacete, es protagonista por las actuaciones que lleva realizadas desde que empezó la competición

Una de las posiciones más complicadas que existe en el mundo del fútbol es la de portero ya que, los fallos del resto de jugadores de campo pueden repercutir o no negativamente en el resultado, pero cuando falla un portero el resultado se tambalea.

Quizás por ello siempre se ha dicho que los porteros son diferentes, por esa fuerza mental que deben tener para lidiar con el fracaso o con el éxito, incluso para aguantar toda una temporada en el banquillo cuando al que le toca jugar por decisión técnica es al compañero.

Tomeu Nadal Mesquida  (Manacor, 1989) llegó al Albacete Balompié en el verano de 2016, con 27 años y  tras una larga serie de vicisitudes en su carrera que no le habían dejado destacar y demostrar todo su potencial.

Con el conjunto manchego, primero con Aira, luego con Enrique Martín y ahora con Ramis, Tomeu ha demostrado su enorme calidad  como guardameta y tiene encandilada a la afición manchega. El lunes frente al Cádiz su actuación fue sencillamente espectacular, al igual que en el resto de partidos de liga que llevamos esta temporada. De los 27 remates que le han hecho sus rivales al Albacete en los cinco encuentros disputados, Tomeu ha parado 23, un 80% de efectividad que ya lo quisieran muchos.

Sin lugar a dudas, la actuación de Tomeu en los cinco partidos disputados, en los que el equipo ha encajado esos cuatro goles, menos de uno por partido, es una de las claves para que el Albacete sea uno de los cuatro equipos de los 22 que forman la competición que todavía no conoce la derrota.

El club negocia en estos momentos con el jugador su  renovación, situación en la que ambas partes han mostrado una total disposición y en la que sólo falta que se alcance el acuerdo satisfactorio para jugador y club. Ya dijo Tomeu Nadal este verano que algunos clubes habían llamado a su puerta, pero se debía al Albacete, club que le tendió la oportunidad para demostrar su calidad después de muchas decepciones, incluida la salida del Mallorca donde se formó cuando Michael Laudrup confiaba en sus posibilidades tras verlo en el filial, pero el entonces director deportivo Serra Ferrer decidió prescindir de sus servicios, una salida en la que Tomeu no se calló porque la consideró injusta.

Desde pequeño quiso ser portero, pero su padre, que había sido portero en Tercera, no quería que siguiera sus pasos. Así, actuaba como jugador en los partidos, pero en los entrenamientos se ponía bajo los palos. El entonces entrenador de porteros del Manacor lo vio y lo captó, obviamente con 14 años tuvo que tomar la decisión definitiva de ser portero.

Con 19 años ya estaba en el filial del Mallorca y en esa etapa llegó a ser convocado por el primer equipo, que jugaba en Primera. En su carrera está el título logrado en Italia con la selección nacional en los Juegos Mediterráneos y tras su salida tan desafortunada del Mallorca en el verano del 2011 firmó con el Getafe para su filial.

También fue convocado por el primer equipo, pero nunca llegó ese esperado debut en Primera. En 2013 acabó en el Nástic, para seguir su periplo por Segunda B con pocos partidos a sus espaldas. Allí, vivió otra decepción. Estaba jugando, 15 partidos, el último frente al Atlético Baleares, que denunció al Nástic por alineación indebida de Tomeu. El club catalán lo tenía con ficha del filial cuando ya era mayor de 25 años, así que los Comités le dieron por perdido el partido al Nástic y Tomeu ya no jugó más esa temporada. Ascendió el Nástic a la siguiente a Segunda y en la categoría de plata, llegado el mercado invernal y su poca participación, se marchó a la que había sido su casa, Mallorca, donde no llegó a disputar ni un minuto.

Entre decepción y decepción llegó la llamada Víctor Moreno, entonces director deportivo del Albacete.

 El club manchego, recién descendido, quería regresar cuanto antes a Segunda. Tomeu llegó y en su primera campaña estuvo durante varias semanas como el portero menos goleado de todas las competiciones nacionales en Europa. «Nunca he dejado de creer en mí», dijo entonces. Ahora es toda la afición del Alba la que también cree en él.