Susana Jiménez | TOLEDO
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Ante notario, con luz y taquígrafos, los líderes regionales de PSOE y Podemos firmaban ayer en las Cortes el acuerdo de 13 puntos, y el anexo que lo desarrolla, que permitirá la investidura del socialista Emiliano García-Page como presidente de Castilla-La Mancha. Un acuerdo «con vocación de permanencia», explicaba García-Page, y con un horizonte «no sólo de deseabilidad sino de posibilidad», apostillaba el secretario regional de Podemos y diputado regional José García Molina.
Una «formalidad» que va más allá de la firma del documento, puesto que implica «un compromiso», de presente y de futuro, que debe marcar «el inicio de un tiempo nuevo» que debe tener un reflejo social, explicaba el líder de Podemos.
Inicia una nueva etapa en la que son conscientes de que van a ser «observados» por mucha gente -algunos incluso utilizando esta imagen del acuerdo «para fabricar miedo», apuntaba Page-, y de ahí la necesidad de «hablarle a la gente a la cara», de «decirles lo que pasa, lo que queremos hacer y lo que podemos hacer».
En este camino, en el que también saben que se producirán desencuentros, será fundamental el diálogo, «la conversación», apuntaba por su parte García Molina, ser capaces de «poder escuchar» a quien hable desde otras posiciones.
La firma de este acuerdo supone así el punto de partida de una legislatura en la que la prioridad absoluta será la recuperación del empleo digno, que será «la columna vertebral de todo el programa político», y el rescate de quienes peor lo están pasando.
Considera el candidato a la Presidencia regional que «no hay nada irreversible» y por ello se mostraba convencido de que Castilla-La Mancha podrá recuperar el estado del bienestar perdido.
«Las cosas que hemos firmado son posibles», subrayaba el líder de Podemos CLM, quien considera también que será necesario «explicar qué cosas se pueden cambiar sin dinero y desde el minuto uno, y aquellas que por su complejidad requieren cierto tiempo».
En esta misma línea García-Page apuntaba que la «clave» va a estar «en gestionar la ansiedad» y para ello habrá que buscar «complicidades sociales», y para ello lo primero será establecer la «agenda de la reconstrucción». Un programa «de cuatro años», en el que la prioridad será social, y que desgranará hoy el socialista durante su exposición en el Debate de Investidura.
«Ánimo y responsabilidad». En esta línea, y preguntado sobre cómo afronta personalmente esta semana, con el debate de investidura que hoy comienza y la toma de posesión prevista para el sábado, García-Page aseguraba encontrarse ante «una mezcla de ánimo y responsabilidad». «No tengo el más mínimo miedo», subrayaba, convencido de que Castilla-La Mancha «va a poder recuperar el norte y la perspectiva, la ilusión», todo ello «en breve tiempo».