La aprobación de los planes del Júcar y el Segura cierra la planificación

Javier D. Bazaga / Madrid
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El Ejecutivo concluye «en un tiempo récord» el primer ciclo de planificación hidrológica que debía haberse culminado a finales del año 2009, y que deberá comenzarse a revisar «inmediatamente»

El río Segura a su paso por la sierra a la que da nombre. - Foto: Rebeca Serna

El Gobierno ha cerrado por fin la planificación de cuencas hidrográficas con la culminación de las del Segura y del Júcar. Después de los «dolores de cabeza» y de haberlas «pasado canutas», como manifestó en su momento el exministro de Agricultura Miguel Arias Cañete, el Consejo de Ministros celebrado este viernes aprobó los planes de cuenca del Segura y del Júcar con una previsión de inversión de más de 10.000 millones de euros hasta 2027.

Los planes aprobados establecen un nuevo marco normativo en la gestión del agua en cada una de estas cuencas que equilibra la satisfacción de los usos y las demandas, actuales y futuras, con la protección y mejora de todas sus masas de agua tal y como contempla la Directiva Marco del Agua.

En lo que se refiere al plan de la cuenca del Segura, se aboga por mantener el regadío existente por «su alto valor social y económico», haciendo compatibles los intereses agrícolas de la cuenca con la protección y reparación de los valores medioambientales de la cuenca, explicó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tras el Consejo de Ministros.

De manera que el plan hidrológico del Segura define un régimen de caudales ecológicos que contribuirán a mejorar el estado de las 85 masas de agua superficial naturales que aparecen definidas en el plan, así como las 63 masas de agua subterránea.

Para alcanzar los objetivos previstos en su programa de medidas, el plan de cuenca contempla inversiones en distintas acciones hasta el año 2027 por valor de 4.800 millones, que serán sufragados por las administraciones implicadas.

Caudales ecológicos para el Júcar. Por primera vez en esta cuenca, el plan hidrológico establece caudales ecológicos en un 12% de las masas de agua superficiales, especialmente en aquellas que presentan un carácter estratégico. De igual forma el plan ha cuantificado las necesidades hídricas del lago de La Albufera en 167 hectómetros cúbicos al año.

Pero más importante si cabe es que da soluciones a cuestiones fundamentales en la demarcación como «la regulación del sistema de abastecimiento a Albacete, el reconocimiento del convenio de Alarcón o las reglas de explotación en el sistema Júcar», indicó Sáenz de Santamaría, por lo que se prestará especial atención al mantenimiento de esos caudales ecológicos, a la restauración de los ecosistemas, el uso racional del agua y su calidad.

Al igual que en el plan del Segura, el del Júcar contempla inversiones por valor de 5.460 millones de euros en distintas acciones de aquí a 2027, distribuidos en seis grandes bloques de actuación.

Caudal crítico. Desde hace tiempo, el exministro Arias Cañete ha venido denunciando la inacción del anterior gobierno socialista en este asunto de la planificación hidrográfica, al que culpan de haber alimentado el enfrentamiento entre territorios por la guerra del agua.

Precisamente fue Arias Cañete el que escenificó el entierro del hacha de guerra con las principales comunidades afectadas el pasado mes de octubre, cuando comparecieron los consejeros autonómicos de Extremadura, Madrid, Murcia, Valencia y la propia Castilla-La Mancha.

Ya entonces se reprochó que cuando el PP llegó al gobierno, sólo había un plan aprobado de los 12 pendientes, el de las cuencas internas de Cataluña que luego fue anulado por los tribunales. Y así se han sucedido las críticas también de la mano del secretario de Estado de Medio Ambiente que resumió las cuentas en ocho años de gobierno socialista para un plan, y 11 planes en apenas dos años de gobierno popular.

Ayer volvieron a llegar las mismas críticas por parte de la vicepresidenta y portavoz que, con un notable tono de molestia, argumentó que tal había sido el retraso acumulado en la aprobación de los planes iniciales que ahora hay que ponerse con la revisión de los planes «inmediatamente». «Ahora nos tenemos que poner a revisar los planes que acabamos de aprobar, esto es lo que pasa por no respetar los plazos que nos marca la Unión Europea», espetó Sáenz de Santamaría.

En cualquier caso, y de cara a la negociación para el futuro Plan Hidrológico Nacional, la filosofía que seguirá el departamento que hoy dirige la ministra Isabel García Tejerina, se basará en la misma filosofía que ha guiado la negociación de estos planes de cuenca y que se resumen en una «gran participación, consenso y transparencia», subrayó la vicepresidenta.