«Las beguinas rompen los esquemas de la época»

V.M
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Rosa Villada presentará el lunes 'La mirada de Azul' en la Biblioteca Pública

La escritora y periodista albacetense Rosa Villada (1954) presentará el lunes en la Biblioteca Pública del Estado, a partir de las siete y media de la tarde, su última novela, La mirada de Azul, obra que cuenta con una bella portada realizada por su hijo, el dibujante Sergio Bleda, «lo que le añade un atractivo especial», destaca la autora.

¿Qué puede encontrar el lector en esta obra que pone fin a un ciclo?

La novela, la octava que he escrito, cierra una trilogía que comenzó en el año 2008 con El juego de Dios y posteriormente con La partera de almas (2015). Es un libro que puede leerse de forma individual, aunque no se hayan leído las anteriores obras, donde se descubre el final de una historia desarrollada durante la Edad Media -concretamente en el siglo XIV- y cuyas protagonistas son las beguinas, unas mujeres coetáneas de los templarios que se dedicaron a la espiritualidad y a tareas humanitarias, aunque no tenían votos, ni pertenecían a orden religiosa alguna.

¿Dónde se desarrolla la trama de la narración?

La historia comienza con un viaje a París desde León -que es donde terminaba la anterior entrega- y se desarrolla en la capital francesa, en Chartres y en la ciudad belga de Brujas. Es una novela coral, con cierto carácter intimista, como el resto de mi producción, cuya protagonista es Azul, una beguina ciega. En cualquier caso, no se trata de una novela histórica, sino de una historia que se desarrolla en la Edad Media.

Concede el protagonismo a la mujer en una época donde su papel era bastante secundario...

Es que precisamente las beguinas rompieron con ese papel. Son mujeres que vivían en comunidad (beguinatos), mantenían su independencia e individualidad y se dedicaban sobre todo al cuidado de los enfermos -conocían el uso medicinal de las plantas- y ayudaban en muchos hospitales, es decir desarrollaban una labor social y asistencial en una época en la que muchos hombres combatían en las Cruzadas. Son una grandes desconocidas de la historia, puede decirse que rompen totalmente los esquemas de la época. El Concilio de Vienne, que decretó la supresión de los templarios, también declaró herejes a las beguinas, muchas de las cuales se vieron obligadas a refugiarse en los conventos.

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