De él se han escrito muchas cosas; desde que ha sido «una gran sorpresa del indie nacional en 2017», hasta la difícilmente digerible «el Julio Iglesias del indie», hasta otras más acertadas como «observador social» con un punto ácido y divertido y visto siempre con humor y una parte crítica. De todas formas Luis Brea es inclasificable porque la música, aunque se llene de etiquetas, muchas veces no entiende de ellas y hacerlo es infravalorarla, reducirla, quitarle libertad, porque lo importante son las canciones y lo que cada una puede transmitir en el imperio del sonido. Lo que está claro es quela Sala Clandestinoe, esa noche del 21 de enero, estará de fiesta porque Luis Brea, que ha visto como su carrera coge peso y empieza a entrar en casi todos los festivales del país, vendrá dispuesto a ofrecer lo mejor de su música mientras sus dedos brincan por el mástil de la guitarra, y El Miedo, su banda, le da ese toque de adrenalina, sensibilidad, canallismo o humor a sus temas.