El Teléfono de la Esperanza atendió en 2014 más de 2.000 llamadas

TERESA ROLDÁN
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El 27,29% de las consultas recibidas en este recurso tenían que ver con problemas psicológicos y psiquiátricos, seguidas en un 14,28% de las cuestiones de pareja o familiares

Una de las técnicos voluntarias del Teléfono de la Esperanza atiende una llamada de un usuario. - Foto: Rubén Serrallé

El Teléfono de la Esperanza de Albacete cerró el año 2014 con  2.084 llamadas recibidas, de las que el 65,30% fueron realizadas por mujeres y un 34,70% por hombres. La  mayoría de ellas, 700 proceden de usuarios de la capital, 250 de la provincia, otra buena parte (630) procedían de otras provincias y 195 derivadas del 112, entre otras.

Según informó la presidenta de este recurso, Mari Carmen Soria Herrera, a esta cifra de llamadas hay que sumar las 640 entrevistas que los técnicos y voluntarios del Teléfono de la Esperanza realizaron el pasado año en la sede a personas que precisaban ayuda ante una determinada problemática.

 El 27,29% de las llamadas que se recibieron en 2014 en este dispositivo tenían que ver con problemas psicológicos y psiquiátricos, otro 14,28%se refería a problemas de relación o familiares;un 0,71% a problemas asistenciales y un 0,66% a jurídicos.

Al grupo de nuevos usuarios que año tras año recurre a este recurso hay que sumar un porcentaje de llamadas crónicas, que sobre el cómputo total representaron el 21,43%.

Esta ONG de voluntariado que ofrece un servicio gratuito de apoyo a las personas que se encuentran en situación de crisis  cuenta con 41 asociados voluntarios y otros 25 colaboradores. Además de la atención telefónica, el Teléfono de la Esperanza también realiza cursos y actividades para prevenir y mejorar la salud emocional de las personas, las familias y la sociedad en su conjunto.

Para llamar a este recurso no  es necesario estar desesperado, que es lo que comúnmente se cree, sino que además de los problemas o crisis graves, en el Teléfono de la Esperanza se atienden todo tipo de dificultades que afectan al bienestar emocional de las personas. Aunque a veces con la atención telefónica es suficiente, en muchas ocasiones, la persona que llama plantea problemas y necesidades que requieren una atención más específica.