La Guardia Civil cree que el acusado es el único autor

J.G.
-

Los agentes de la Benemérita creen que sólo hubo una persona implicada en la muerte de la joyera de Albatana y destacan las múltiples versiones de lo sucedido dadas por el procesado

La Guardia Civil cree que el acusado es el único autor

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acogió ayer la tercera sesión del juicio contra el hombre acusado de matar a la joyera de Albatana, Francisca Jiménez, en la que declararon  varios agentes de la Guardia Civil, que manifestaron que creían que el acusado era el único autor del crimen.

Los testimonios que dieron más luz sobre el caso, fueron los de los dos primeros guardias civiles, miembros del grupo de Delitos contra las Personas. En este sentido, uno de los agentes afirmó que «toda la investigación nos lleva a pensar que fue una sola persona». Mientras que el otro añadió «sin lugar a dudas el único autor posible fue el acusado».

Para justificar la rotundidad de sus afirmaciones, ambos agentes explicaron como se llevó a cabo la investigación, que se inició tras la aparición del vehículo calcinado de la fallecida, tras lo cual se calificó la desaparición como de alto riesgo. Por ello se iniciaron dos líneas de investigación, una encaminada en encontrar a la mujer y otra destinada a investigar el por qué de la desaparición, entre los amigos, familiares y conocidos de la víctima.

En este sentido, desde la aparición del vehículo en llamas, hay testigos que hablan de una persona cuya descripción coincide con la del acusado, entre los que se encuentran varios jóvenes que se hallaban en un bar de Ontur y al que  un individuo, que luego ha resultado ser el acusado, ya que él mismo lo ha reconocido, les llegó a ofrecer 100 euros porque le llevaran a Tobarra o a la pedanía de Los Mardos.

Además otras personas vieron a un hombre que coincidía con su descripción conduciendo el coche de la fallecida en diferentes puntos y ninguno de ellos observó que hubiera otra persona en el vehículo y menos aún que le apuntara con una pistola.

Por otra parte, también hay testigos que vieron a Francisca Jiménez en su coche, pero iba ella sola, como hacía siempre.

Los agentes también estudiaron las llamadas de la fallecida y llamaron a los contactos de su teléfono, por lo que contactaron con el acusado que además se mostró muy nervioso, tanto por teléfono, como en persona. Además había intercambiado un mensaje con la fallecida, en el que ella decía que estaba en Almansa, cuando el repetidor del móvil la situaba en Ontur, lo que despertó las sospechas de los guardias.

MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA