Correos ha reducido la plantilla albacetense en un 15% en tres años

I.M.
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Un día normal se entregan en los domicilios cerca de 5.000 objetos personalizados bajo firma y más de 120.000 envíos ordinarios, a pesar de que las nuevas tecnologías han bajado en un 30% el volumen postal que se mueve

Momento en que un trabajador del servicio postal de Correos deposita la correspondencia en un buzón de una vivienda. - Foto: ÁNGEL AYALA

Correos en su condición de prestador del servicio postal universal tiene la obligación de garantizar que nadie, particular o empresa, se quede, viva dónde viva, sin el derecho a comunicarse por la vía postal y además, hacerlo  a precios asequibles e iguales para todo el territorio nacional.

Pero frente a esta garantía lo que no se puede negar es, por un lado, que el producto postal tradicional por excelencia, la carta, ha ido a menos, conforme, por otro lado, el uso e implantación de las nuevas tecnologías han ido a más (ordenadores o teléfonos móviles) sustituyéndola. Y  por otro, que hace ya tres años que el sector postal español se liberalizó entrando de lleno Correos a competir lo que le ha obligado a estar en una reestructuración continúa, así como  a la búsqueda de nuevos nichos de actividad como es la distribución de paquetería a fin de generar beneficios. Asimismo, junto a todo lo anterior, desde el año 2001 es una sociedad anónima con los consiguientes cambios que esto ha supuesto de gestión interna, tal y como explica el secretario provincial del sector postal en Comisiones Obreras, Francisco Martínez.

Actualmente un día normal, Correos entrega a domicilio a lo largo y ancho de la provincia albacentese más de 120.000 envíos ordinarios y cerca de 5.000 objetos personalizados bajo firma. Pero qué correspondencia llega hoy por hoy a los buzones de los domicilios, pues fundamentalmente  facturas y cartas bancarias, una vez que el correo electrónico ha dado al traste con la correspondencia ordinaria, lo mismo que ha bajado la que publicidad que buzoneaba los carteros conforme la crisis ha ido a más. Junto al correo comercial están las cartas certificadas y las notificaciones, desde el momento en que Correos es el único garante de la fe pública registral, y en menor medida los telegramas y los burofax. Menos movimiento de cartas y más competencia igualmente ha traído consigo un ajuste de la plantilla albacetense, o mejor dicho, una reducción de tres años acá de un 15% sobre lo que había, contando en la actualidad con unos 320 trabajadores (140 funcionarios y 180 laborales), de los que, por otra parte, algo más de 200, concretamente 208, son carteros repartidores de correspondencia y de éstos,  85 prestan sus servicios en el mundo rural.

Esta reducción, no obstante, no ha sido de un día para otro sino que se ha hecho, además, puntualiza Martínez, de forma no traumática con una progresiva amortización de los puestos que iban quedando libres por jubilación o por traslados a otros ministerios. Aunque si damos el salto a la provincia la fórmula para el ajuste ha sido la fusión de los núcleos de baja densidad de población con la colocación de los conocidos como casilleros concentrados por lo que, dado que el cartero no pasará tocará a los vecinos desplazarse hasta este punto o hasta la oficina más cercana, estando ya presentes en numerosas pedanías de pueblos como Tobarra, Nerpio o Molinicos, además de los dos polígonos de la capital, entre otros. Ahora bien, la revisión del servicio postal rural aún no ha concluido.

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