Luis César: «Soy un hombre entregado 100% al Albacete y el club lo valora»

Juan Carrizo
-

El entrenador del Albacete asegura en una larga entrevista que «nuestros jugadores, los que están, van a ser mejores en la segunda vuelta, lo tengo claro»

El entrenador del Albacete, Luis César Sampedro. - Foto: José Miguel Esparcia

Terminó 2014, un año que el Albacete logró el retorno a la Liga de Fútbol Profesional, aunque ahora esté como colista. Luis César Sampedro habló largo y tendido sobre estos 12 meses, la actual situación y lo que espera del 2015, mostrando, en todo momento, optimismo y fe en el trabajo, así como agradeciendo al presidente la confianza depositada en su persona.

El año pasado por estas fechas el Albacete era cabeza de ratón y ahora es cola de león. Como cambia el cuento, ¿no?

Cambia todo. Si uno no quiere ser desmemoriado y quiere hacer el resumen de 2014, no estamos ahora en una situación agradable, pero si hace un año me dicen que ahora íbamos a estar en Segunda, a cinco puntos de tu objetivo, que es tener  a cuatro rivales por debajo en el mes de  junio lo hubiese firmado. Lo que pasa es que ahora no nos acordamos de eso, sólo nos acordamos de lo reciente, del último partido y eso nos hace sentir mal. Yo llevo 20 meses en Albacete y si me pides un resumen de los últimos 12 meses yo estoy convencido de que hace un año habría firmado estar en la situación en la que estamos ahora.

Pero en el fútbol siempre hay poca memoria...

Yo creo que debe existir, porque si no hay memoria es malo. Uno debe tener memoria para saber de dónde viene. De bien nacidos es ser agradecidos y si tenemos que agradecer es porque en el pasado recibimos algo. En el fútbol está el tópico de que no se tiene memoria, pero yo tengo memoria y me gusta tenerla con las personas que en el pasado han hecho cosas por mí.

¿Cuantas veces un entrenador ha logrado un ascenso y a la campaña siguiente, a las primeras de cambio ha sido destituido?

Sí, pasa mucho, quizás para que no te acusen de inmovilismo, para que digan que moviste ficha, la equivocada casi siempre, y consigues una paz social de dos o tres jornadas hasta que el nuevo técnico vuelve a perder y volvemos al mismo sitio. El fútbol, la competición, te va poniendo trabas que debes ir saltando. El fútbol es injusto, cruel, y te va poniendo a prueba para que demuestres la pasión que tienes por alcanzar algo. Hay gente que se queda debajo del muro y otros que demuestran que ese muro no va a ser un contratiempo para conseguir el objetivo final, y ahí estamos nosotros. Saltaremos el muro y meteremos a cuatro equipos por debajo.

Lo habitual en esta situación es la destitución del entrenador y aquí no se ha hecho.

No es la primera vez que me pasa, pues en el Racing de Ferrol estuve 17 partidos sin ganar. No es un eslogan, pero no es lo mismo un entrenador que lleve tres meses en el club que uno que lleve 20;  no es lo mismo un entrenador que esté 10 horas trabajando en la oficina que el que viene hora y media. Hay muchos factores, y también hay dirigentes y dirigentes. Hay clubes presidencialistas que ven que hay una persona que trabaja y otros en los que hay ocho consejeros que se llevan mal y si te defiende uno, otro te destituye. Cada club es una historia. No es lo mismo que el club sea de uno que sea de cinco. Si el Albacete fuera un club donde hubiera cinco o seis socios mayoritarios que se llevaran mal yo no estaba aquí, lo tengo clarísimo. El presidente quiere que el Albacete se salve y si entendiese que yo soy un freno limitador, que el Alba es mejor sin mi, pues tomaría unas decisiones. Entiendo que por la trayectoria del equipo, si se mira sólo eso, lo que hacen todos, lo normal es cambiar al entrenador y en el 85% de los casos no vale para nada. Cuando acaba la liga te arrepientes, hasta que al año siguiente, en que lo vuelves a hacer.

La destitución del entrenador no suele arreglar la situación, pero los clubes lo siguen haciendo con excesiva facilidad.

Es el mal de los clubes. Cuando un barco va mal no hay que cepillarse al capitán, al que lleva al timón, porque a lo mejor el barco va mal por otras cosas, por las máquinas, por la tripulación. En el fútbol no se analiza nada, la primera medida es echar al entrenador. Me siento extraño haciendo de abogado de Luis César y no quiero, pero yo trabajo con dignidad y lo mismo que hace 20 meses. Toda mi dedicación está al 100% para que el Albacete gane y el fútbol no me da lo que merecemos por nuestro esfuerzo. Yo no trabaje menos contra el Llagostera que lo que trabajé cuando fuimos al campo del Betis. Las cosas a veces no salen. En Tarragona pidieron mi cabeza un 6 de enero y después estuve 14 partidos sin perder, vine a Albacete y ganamos 1-4, y subí a Primera. Pidieron mi cabeza porque no ganaba, pero me aguantaron. ¿Es que no trabajaba en el primer tercio de liga y después sí? En el fútbol dos y dos no son cuatro. Los árbitros se pueden confundir a favor o en contra. Sólo nos han pitado un penalti a favor en Sabadell, cuando nos han hecho muchos. A balón parado no estamos consiguiendo goles. Hay muchas cosas incontrolables que dependen del balón. Lo más normal es echar al entrenador porque pierde y ya está, no se valora nada más, no se analizan las cosas. Pasaba lo mismo en 1980, pasa en 2014 y pasará en el 2028.

¿Pero que ha supuesto para usted ese respaldo del presidente?

Con otro presidente, con otra gente, seguramente no estaría aquí. Es un reconocimiento a mi trabajo y por eso estoy agradecido, por eso tengo memoria, por eso hay que tener memoria en el fútbol. Se valora mi esfuerzo, mi dedicación, saben que las cosas a veces no salen pero que soy un hombre entregado al club. Mi presidente hace las cosas porque piensa que es lo mejor para su equipo y a día de hoy piensa que lo mejor para el equipo es no destituirme. El presidente analiza y toma las decisiones.

¿Trabajar con la espada de Damocles en la cabeza no puede ser bueno?

Yo siempre voy por raíles; para algunas cosas soy frío. Ya he estado así antes de llegar José Miguel Garrido. Porque antes de venir hubo gente por aquí, con Secades, Pastelero,  y sabía que en el momento que hubiese un duro y yo empatase un partido estaba destituido, porque venía un grupo de trabajo en el que yo no tenía cabida. Yo ya he estado pendiente de esta situación, ya he vivido así, andar por los pasillos de la oficina sabiendo que en cualquier momento podía ser destituido.

¿El escalón entre Segunda B y Segunda se ha hecho más grande?

Hay un escalón importante, pero creo que nosotros lo que nos penaliza mucho son esas siete jornadas sin puntuar, porque ahora al mínimo contratiempo caemos. Nos han hecho mucho daño porque ahora no tenemos margen, pero espero hacer un gran final de primera vuelta en estos tres partidos y afrontar la segunda con más garantías. Yo ahora he estado fuera y hablas con gente de fútbol; me dicen los demás que no tenemos recompensa. En Galicia repasé los vídeos, de cómo perdimos en Miranda haciendo mucho más de lo que hizo el Llagostera en el Belmonte; el Mirandés mete tres goles chutando cuatro veces menos de lo que nosotros le chutamos al Llagostera. He mirado como perdimos contra el Alavés haciendo mucho más que el Llagostera aquí, como no le marcamos un gol al Levante en la vuelta de Copa. El fútbol es eficacia y, aunque hemos mejorado muchas cosas, hemos perdido la eficacia en el área contraria y el rival nos llega dos o tres veces y nos marca gol.

Empezar bien la liga es un plus que el Albacete no va a tener.

Pero esto es un camino de largo recorrido y todavía tenemos tiempo para arreglarlo antes de acabar la primera vuelta si hacemos bien estos tres partidos. El otro día nos llevamos un disgusto muy grande, hicimos un mal partido creando nueve ocasiones de gol y concediendo dos o tres, y el partido acabó 0-2. Creo que jugando dos horas más no íbamos a meter gol. Pero esto continúa y no debemos rasgarnos las vestiduras porque nadie ha conseguido nada aún. La Segunda División es una liga de rachas y el que gestiona mejor las rachas es el que se llevará el gato el agua el 30 de mayo.

Tres partidos quedan de esta primera vuelta, nueve puntos.

Yo soy optimista, pero para ganar tres partidos seguidos hay que ganar el primero, que es Mallorca. Yo espero arreglar esto antes de acabar la primera vuelta. A día de hoy, en estos cuatro meses, han pasado muchas cosas, pero nos quedan cinco meses de competición. Hemos estado siete semanas perdiendo y puedo asegurar que en ellas hemos hecho partidos para ganar y para no perder, pero al final el fútbol se define en las áreas y ahí estamos mal. Hemos mejorado, pero ahora nos encontramos con que el rival tiene una puntería infalible. Todo el mundo esperaba y daba por hecho que le ganábamos al Llagostera y al no cumplirse eso no se nos permite ver lo bueno que hicimos. Fue un varapalo para todo el mundo, pero hubo cosas que valorar, como tener nueve ocasiones, que no se ven en Segunda.

Las lesiones antes de empezar de Dorronsoro y Núñez, y luego estar semanas con ocho o nueve bajas han condicionado mucho pero, ¿el problema es más profundo?

Todo eso ha sumado en contra. Defensivamente creo que hemos mejorado. Del Albacete de Huelva, de Sabadell, al del Llagostera, ha habido cambios. Estar la mitad de los cuatro meses con ocho o nueve bajas es un freno. No es una disculpa, pero condiciona. Con eso hemos convivido y a lo mejor ha sido la causa de estar siete semanas sin ganar.

¿Ha habido jugadores que le han decepcionado?

Ha habido jugadores que al día de hoy no han dado el rendimiento deseado y a lo mejor es por mi culpa también. Aquí está el equipo, el entrenador y el jugador. A lo mejor un jugador ahora no rinde y en febrero se destapa. Me ha pasado con Cidoncha, que al principio no arrancaba, por culpa del entrenador, del equipo, de él; todo influye. Cuando acabe la liga será el momento de hacer balance. Pero está claro que hay jugadores que esperabas que rindiesen de una manera y al final no son capaces.

¿Cómo se puede mantener en estos momentos el optimismo?

Con resultados positivos todo se arregla. Ganar en Barcelona fue un arreón de positivismo para todo el mundo. Si ganamos en Mallorca la gente volverá a engancharse. Esto cambia todas las semanas y no hay que bajar los brazos. Nosotros siempre hemos estado cerca de ganar los partidos y la liga es muy larga para todos.  Tenemos que reducir cinco puntos a cuatro equipos que están abajo y que no ganan todas las jornadas. Otra cosa sería tener que reducir puntos al Betis o al Valladolid, o el año pasado reducirle siete a La Hoya, que ganaba siempre. Dependemos de nosotros mismos. Sí ganamos en Mallorca y luego somos capaces de ganar en casa al Lugo ya habrá cambiado todo, y está en nuestra mano hacerlo.

Ahora se abre el mercado invernal, pero la situación económica y los límites de la LFP no permitirán muchas alegrías.

Nuestros jugadores, los que están, van a ser mejores, lo tengo clarísimo. Estamos mal con el gol en la portería contraria y tenemos que mejorar eso.  Y debemos mejorar en nuestra portería, porque no podemos estar siempre perdiendo en el minuto 20. Más allá de las incorporaciones que se puedan hacer, vamos a mejorar los que estamos aquí. No vamos a tener ocho o nueve lesiones cada semana, los jugadores ya van a tener cinco meses de experiencia en Segunda, ya conocen a todos sus rivales y equipos que nos hayan pasado por encima, poquitos. Muchas cosas nos han pasado en los cuatro meses que llevamos, como tener que poner a tres porteros, que no sucede habitualmente. Todas esas cosas que nos han pasado no se van a repetir en la segunda vuelta.