Cerca de una treintena de personas se encerraron ayer en el Salón de Plenos de la Diputación en  señal de protesta por la presentación de un ERE que afecta a 42 personas, todos ellos trabajadores del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios (Sepei).

Estos 42 trabajadores son los que, cada año, se incorporaban como refuerzo al dispositivo contra los incendios forestales, en virtud de un convenio con la empresa pública Geacam. Estaban contratados como trabajadores fijos discontinuos, esto es, trabajaban nueve meses al año y se iban al paro durante otros tres.

Según explicaba María Moreno, de Comisiones Obreras, y Nemesio Valcárcel, de UGT, los sindicatos se enteraron ayer por la mañana «con el golpe», cuando el equipo de Gobierno les convocó a una mesa de negociación que, de golpe, se convirtió en algo muy distinto y más desagradable.

«Lo que nos encontramos fue con un ERE y 42 trabajadores de patitas en la calle -explicó Moreno- y justo cuando tendrían que estar empezando a incorporarse al dispositivo contraincendios».

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