Rusia denuncia que un caza militar de Kiev volaba cerca del avión malasio

Agencias
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El Kremlin apunta a la exrepública soviética como autora de la tragedia, mientras Poroshenko defiende que sus naves estaban en tierra y acusa a Moscú de cooperar con los separatistas

Rusia denuncia que un caza militar de Kiev volaba cerca del avión malasio - Foto: MAXIM ZMEYEV

 
 
Mientras la comunidad internacional sigue asombrada por el ataque contra un avión malasio que sobrevolaba Donetsk y continúa sin encontrar una explicación a esa tragedia, que se cobró 298 vidas, los Gobiernos de Rusia y de Ucrania continúan con una guerra bilateral que consiste en culpar al rival de la autoría del suceso.
Así, Moscú aseveró ayer que el Ministerio de Defensa no detectó ningún misil que fuera lanzado en la zona en la que se encontraba el vuelo MH17, por lo que emplazó a EEUU a compartir las imágenes de satélite que lo demostrarían, al tiempo que destacó que sí captó un caza ucraniano Su-25 muy cerca de la nave accidentada -«a unos cinco kilómetros de distancia»-minutos antes de que ésta fuera derribada.
«Nos gustaría saber por qué un reactor militar volaba por un corredor de aviación civil casi al mismo tiempo y a la misma altitud que un avión de pasajeros», cuestionaron desde el Kremlin.
Mientras tanto, el Gobierno de Kiev insistió en que tiene pruebas de que el misil que supuestamente impactó contra el Boeing 777 fue lanzado por los separatistas y fue suministrado por Rusia, además de negar las acusaciones emitidas sobre el vuelo de un caza alrededor del aparato malasio. Tal y como apuntó el presidente del país, Petro Porosehnko, todos los aviones de la Fuerza Aérea ucraniana «estaban en tierra» cuando sucedió la catástrofe, por lo que instó a Moscú a ofrecer prueba de esas afirmaciones.
Así, apeló a la responsabilidad conjunta para responder a lo que calificó de «acto de terrorismo» e insistió en que no existe «ninguna diferencia» con atentados como el 11-S o el de Lockerbie, por lo que se debería mostrar «la misma reacción».
Además, insistió en que «hay pruebas de que el misil que impactó contra el avión fue disparado por separatistas y de que estos recibieron armas y técnicos de la Federación Rusa».
«Los milicianos no tienen un entrenamiento especial para manejar este equipo militar complejo, así que lo más probable es que el personal del Buk -el sistema de misiles ruso presuntamente empleado en el ataque- viniera desde Rusia», aseveró.
Por otro lado, ordenó al Ejército que cese los combates en la zona afectada para que «no abran fuego en un radio de 40 kilómetros del lugar de la tragedia».
En este sentido, Poroshenko se mostró a favor de que haya un equipo de expertos rusos que investigue la causa de la caída del aparato malasio con el objetivo de que haya «máxima transparencia».
Mientras tanto, las labores de rescate de los cuerpos continúan y al cierre de esta edición ya se habían recuperado 282 cadáveres y restos de 87 pasajeros, que fueron transportados a última hora de la tarde en un tren con vagones de refrigeración rumbo a Holanda, país de procedencia de la mayoría de las víctimas.
 
más sanciones. En cuanto a las investigaciones, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acusó a los separatistas de «bloquear» las tareas y apeló a la «responsabilidad» de Moscú para que utilice su «extraordinaria influencia» sobre los rebeldes. «Nuestra prioridad inmediata es recuperar a todos los que hemos perdido», subrayó, para agregar que también «tenemos que asegurarnos de conocer la verdad». Además, volvió a plantear la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Rusia si no suspende su apoyo a los rebeldes.
Ante esta reclamación, el inquilino del Kremlin, Vladimir Putin, reclamó a los prorrusos que permitan el acceso de los investigadores para esclarecer las causas del siniestro y acabar, así, con las especulaciones. «Se debe hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de los expertos internacionales en el lugar de la tragedia», exigió.
Eso sí, reiteró que este incidente no habría sucedido si las fuerzas del Gobierno ucraniano no hubieran puesto fin al alto el fuego y reiniciado su ofensiva militar en el este del país». «Sin embargo, nadie tiene derecho a usar esta tragedia para obtener fines políticos egoístas. Estos acontecimientos no deben dividir a las personas, sino unirlas», concluyó.
Por otro lado, el primer ministro malasio anunció que los insurgentes entregarán a las autoridades asiáticas las cajas negras de la nave derribada, después de mantener una serie de contactos con el primer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk.
Eso sí, el viceprimer ministro ucraniano, Volodimir Groisman, sugirió que los separatistas habrían manipulado ese material que podría esclarecer las causas del siniestro.