La escalada de la crisis castiga a las Bolsas mundiales

Agencias
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Milán lidera las caídas con un retroceso del 5,17 por ciento, seguida del Ibex, que cede un 4,56 por ciento en la peor sesión desde 2012, mientras Wall Street se deja un 1,95 y Japón un 2,9

 
El temor, ya sea al contagio de la situación griega o las consecuencias económicas que puedan padecer otros países, está haciendo que se tambaleen los cimientos de la Unión monetaria europea. Y es que las decisiones de unos tienen en este continente global repercusiones comunes, tal y como se evidenció ayer en todos los mercados. 
Así, las principales Bolsas europeas comenzaron ayer la semana con fuertes caídas debido a la dramática escalada de la crisis de Grecia el fin de semana y el temor a una bancarrota del futuro del país heleno. El Ibex de Madrid se hundió un 4,56 por ciento en la peor sesión desde 2012 y retrocedió hasta los 10.853 puntos. La prima de riesgo española se disparó, además, hasta los 153 puntos básicos, muy por encima de los 119 con los que había cerrado el viernes. 
También el Dax de Fráncfort vivió su peor jornada en años y cerró la jornada con un 3,56 por ciento de pérdidas en los 11.083,20 puntos. La huida de inversores golpeó en el CAC de París (-3,74 por ciento), el FTSE de Londres (-1,97) y el índice europeo EuroStoxx (-4,21). En Italia, uno de los países donde más se teme un contagio del drama griego, el MIB de Milán retrocedió un 5,17 por ciento. 
Los inversores contaban hasta ahora con que se llegara a un acuerdo entre el Gobierno de Alexis Tsipras y la troika, pero las negociaciones fracasaron, dejando al país mediterráneo más cerca de una quiebra o incluso de una salida de la eurozona. De ahí que el Gabinete heleno decidiera el pasado domingo mantener cerrados los bancos y la Bolsa hasta el 6 de julio, cuando ya se haya celebrados el referéndum propuesto por el Ejecutivo a la ciudadanía, para evitar la huida de capitales. 
Esta situación también provocó fuertes caídas en los mercados de Asia y el Pacífico. El índice Nikkei de Japón cerró con pérdidas de un 2,88 por ciento y el rojo se contagió también a los parqués de Singapur, Sydney y Hong Kong. Por el contrario, el euro rebotó por la tarde y subió un 1,98 por ciento hasta los 1,1185 dólares tras haberse derrumbado por la mañana. Wall Street, tras unos negros inicios, se dejó un 1,95 por ciento. 
 
MIRADA AL FUTURO. Y mientras la economía del planeta entero se resiente, el equipo de Tsipras y su ministro de finanzas, Yanis Varoufakis, siguen intentando robar tiempo al tiempo. Según publicaba ayer la prensa internacional, el Gobierno heleno informó al FMI a principios de mes de que no le pagaría el vencimiento de 300 millones que debía abonar hoy mismo y que, en su lugar, agruparía todos los pagos de junio, que ascienden a 1.600 millones de euros, y los devolvería conjuntamente el día 30.
En esta compleja coyuntura empieza la cuenta atrás. Así, el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, reclamó a la ciudadanía que desoigan a su Gobierno de Syriza y voten sí en la consulta para desbloquear el rescate con el fin de dar una señal de que quieren seguir en la eurozona. 
Horas después, y tras permanecer escudado en un más que elocuente silencio, el propio Tsipras intentó dar un golpe de efecto con un discurso aún más desafiante en una entrevista televisiva:«No me creo que las instituciones quieran echarnos de la Eurozona. El coste sería enorme. Nadie duda de que hicimos esfuerzos para llegar a un compromiso. Creí que habíamos llegado a un pacto pero pidieron más».
Sobre la situación tan extrema que está viviendo su pueblo, el líder heleno, quizás inspirado en la Mitología o en la batalla de las Termópilas, apeló a la épica: «Algunos quieren impedirle a un pueblo que decida. Solo nos quieren asustar y vamos a sobrevivir».