Un líder a secas

JAVIER M. FAYA (SPC)
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Tres libros bucean en la personalidad y en el ideario de Albert Rivera, 'número uno' de C's, que intentará conquistar La Moncloa • En Cataluña temen que su ausencia les reste votos

 
Parece que con una semana tan convulsa como la pasada, en la que el PP reformó su cúpula a fondo y su Gobierno tímidamente, el PSOE presentó su consejo de sabios y padeció el procesamiento por parte del Supremo del expresidente andaluz Manuel Chaves y de los exconsejeros Zarrías y Viera -en rebeldía-, quedó solapada la noticia de que Albert Rivera se presentaba para presidente del Ejecutivo por Ciudadanos, una formación que acababa de cumplir 10 años de vida. 
No obstante, si alguien quiere saber más sobre este joven barcelonés de solo 35 años, que comentó durante la pasada campaña electoral que había que jubilar a los políticos nacidos antes de la Transición (los hechos y la falta de canas de las caras nuevas que acaban de salir le han dado la razón), puede leerse hasta tres libros de la editorial Triacastela que vieron la luz hace unos meses:Ciudadanos:sed realistas, decid lo indecible, de varios autores;Viajando con Ciutadans, de Jordi Bernal;y La creación de Ciudadanos. Un largo camino, de Antonio Robles. 
En la portada del primer libro aparece la imagen impactante del catalán en sus inicios, completamente desnudo en un cartel electoral, tapándose sus partes nobles. Hablamos de noviembre de 2006. El eslogan era:Solo nos importan las personas. Obviamente, pocos y pocas se fijaban en el texto. ¿Y por qué hizo eso? Ahí pudo haber acabado todo... «Fue nuestra apuesta para romper el muro de silencio que nos imponía el catalanismo con el objetivo de hacernos invisibles. Queríamos señalar que no teníamos nada que ocultar, no como los presidentes Mas y Maragall con sus mordidas del 3 por ciento», comenta Robles. El editor de Triacastela, José Lázaro, va más allá y habla del «totalitarismo» de la Generalitat de aquellos tiempos... y, posiblemente, de los actuales. 
Esa arriesgadísima apuesta de marketing se hubiera quedado en mera frivolidad sin propuestas serias. En 2010, la expopular Montse Nebrera repitió la fórmula con un falso vídeo porno para Alternativa de Govern. Fracaso total. 
 
paciente. Para los que le conocen de cerca, es la inteligencia hecha paciencia, y esa virtud es extraña en un político joven, pero Albert Rivera, ha sabido administrar los tiempos mejor que nadie. Durante años, fue la isla necesaria en el desierto de la Cataluña independentista e insolidaria , y, poco a poco, le fue ganando por la mano a un PPC sin liderazgo, pero, al mismo tiempo, supo establecer lazos personales fundamentalmente con periodistas de Madrid, porque sabía perfectamente que en la capital de España es donde se cuece el bacalao. ¿Acaso intuía que su formación crecería tanto que tendría La Moncloa en el punto de mira?
«Yo le conocí un día que nuestro común amigo ya fallecido, el periodista Rafael Martínez Simancas, nos invitó a comer a los dos, y lo que más me gusto de él fue que no intentó darnos un mitin sino que hablamos con naturalidad de lo divino y lo humano; una faceta que Rivera cuida muy bien», comenta el exdirector de RNEDiego Armario, que añade:«Es el anti aparato, aunque tal vez, a partir de ahora, ha empezado a construirlo en su partido, pero su terreno es el cuerpo a cuerpo, la cercanía, y, sobre todo, la convicción en torno a unas pocas ideas. No pretende abarcarlo todo, pero se agarra como una lapa a los temas importantes».
De lo que nadie duda es de que Rivera ha logrado algo difícil en un partido, y es que los hombres y mujeres de su equipo de dirección tengan no solo un mismo estilo creíble de comunicación, sino también de discurso. ¿Yno juega con la ambigüedad? «Busca la transversalidad. Desde sus inicios pretendió superar la dicotomía derecha-izquierda», recalca Jordi Bernal.
Lo que muchos se preguntan es qué pasará el 27-S en las elecciones catalanas, donde ya no aparece como número uno, y donde tiene todas las papeletas Inés Arrimadas, su apuesta personal. Como lo fue Begoña Villacís en Madrid contra el criterio de muchos de sus compañeros. El liderazgo personalista de Rivera -hay que recordar que en los folletos de propaganda de municipales y regionales solo aparecía él-, muy posiblemente, le pase factura al partido, si bien es cierto que se volcará en la campaña. El PPC y Unió confían en que esto suceda.