«Francisco Jareño tuvo una sólida formación humanística»

V.M
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«Su influencia está también patente en la obra de su discípulo, Justo Millán Espinosa»

El historiador albacetense Vicente Carrión Íñiguez ofrece hoy, a las 20 horas, la segunda conferencia del ciclo dedicado a Francisco Jareño y Alarcón (Albacete, 1818 - Madrid, 1892), que organiza la demarcación en Albacete del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha con motivo del bicentenario del nacimiento del insigne arquitecto, una iniciativa complementada con una interesante exposición.

¿Se centrará en la obra de Francisco Jareño en nuestra ciudad?

Sí, en Albacete no es muy conocido, ni siquiera tiene una calle importante, sólo un pequeño pasaje. En cualquier caso, estamos ante uno de los más grandes arquitectos españoles del siglo XIX, autor de, entre otras obras, la Biblioteca Nacional, el Hospital del Niño Jesús, institutos de enseñanza, numerosas obras en Madrid e incluso la plaza de toros de Toledo. Aquí su única obra fue la reforma que en 1857 realizó del Palacio de la Audiencia Territorial, de traza neoclásica, que desgraciadamente fue derribado en 1974, construyéndose en su lugar el mamotreto que hoy podemos ver como sede del Palacio de Justicia.

¿Podría considerarse a Jareño como un renovador dentro del panorama arquitectónico academicista del siglo XIX?

Claro, que se puede decir. Fue un arquitecto que dentro de la corriente del eclecticismo imperante en la época realizó numeroso edificios muy avanzados, cuya influencia está patente también en la obra de su discípulo Justo Millán Espinosa, autor del Palacio de la Diputación Provincial, proyecto que el propio Jareño supervisó en 1880, tal como está documentado.

Aunque en su tierra no sea muy conocido, sí que tuvo el reconocimiento unánime de compañeros de profesión, ¿no es así?

Aquí lamentablemente tenía dedicada una calle que era la del Cura y se quitó, hoy en día tiene un pasaje por el Barrio de la Estación, cuando sería de justicia dedicarle una calle más importante en su ciudad natal. Parece ser que el Ayuntamiento de la ciudad ya ha dado el visto bueno para que se instale un busto suyo junto al Tribunal Superior de Justicia o en el pequeño jardín que hay enfrente, para recordar su figura y reivindicar su gran legado.

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