El capricho rural de Rozalén

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
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La tercera edición de Leturalma confirma el tirón de este festivalcultural que atrae hasta Letur a miles de visitantes de media España

Si de algo presume Leturalma es de ser un festival de pueblo. Dice su alma inspiradora, la cantante María Rozalén, que es el festival «más bonico» del mundo rural y quienes visitan este fin de semana Letur lo confirman. El público es diverso, pero abundan las familias, padres y madres con retoños, que disfrutan de las actividades diurnas y se divierten con la música que cada noche llena la plaza Mayor.

Que si un taller de acuarela a la sombra de los árboles que ofrece Joan Benoit, un belga enamorado de Letur; zumba para mover el cuerpo en el mirador; teatro infantil en la casa de la cultura y canciones para jugar en las encaladas y sinuosas callejuelas del casco antiguo, son las excusa perfecta para deambular de acá para allá, descubrir este bello pueblo, donde la piedra y el agua, conjugan a la perfección.

«Esto es un capricho», confiesa Rozalén al bajar del escenario tras ultimar las pruebas de sonido. María cuenta que hace tres años después de hacer un trabajo publicitario para El Cantero de Letur sintió que estaba en deuda con el pueblo en el que se ha criado y se inventó Leturalma para dar visibilidad a la forma de vida del mundo rural. Era su granito de arena en la lucha contra la despoblación que sufren tantos pueblos de la Sierra del Segura.

Este año, por seguridad, se ha acotado el aforo a 2.200 personas, no está mal para un pueblo que no llega al millar de habitantes. Hace días que las entradas se agotaron. Igual que hace meses es imposible encontrar alojamiento libre en Letur, y eso que ofrece 350 plazas entre casas rurales y hospederías. Hasta la zona de acampada está al completo y las reservas alcanzan a pueblos que están en un radio de 50 kilómetros.

Para el pueblo, Leturalma supone un «impulso económico increíble». Lo confirma la informadora turística Elena Navarro, por cuyo mostrador han pasado este fin de semana visitantes de media España, «hay gente de Tenerife, Asturias, Granada, Cáceres... muchos son familias con niños de todas las edades que buscan música, naturaleza y un ambiente relajado, son un público excelente».