La compañía ha inspeccionado líneas de muy alta, alta y media tensión de cara a garantizar su fiabilidad y funcionamiento en las mejores condiciones frente a las inclemencias meteorológicas. De esta manera, Iberdrola ha revisado más de 5.500 kilómetros de líneas aéreas, así como otros 900 kilómetros de líneas subterráneas. Además, ha analizado utilizando termografía a lo largo de más de 500 kilómetros y ha realizado labores de poda y mantenimiento de pasillos eléctricos a lo largo de 80 kilómetros. Por último, cabe destacar los trabajos de limpieza de los pasillos por donde discurren las líneas que ha llevado a cabo Iberdrola. En el caso de Castilla-La Mancha se han podando aquellos árboles que presentaban un mayor riesgo de contactar con los tendidos a lo largo de 80 kilómetros de líneas.