28.500 hectáreas forestadas

CARLOS ZULOAGA
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En 1992 comenzó del Programa de Forestación en la provincia albacetense, lo que traducido a un número de árboles hablaríamos de más de 24 millones de ejemplares

En 1992 comenzaba el inicio del Programa de Forestación de Tierras Agrícolas en toda España, dentro de las medidas de acompañamiento de la Política Agraria Comunitaria. Desde entonces es mucho el trabajo que se ha realizado y la provincia de Albacete no ha sido una excepción. Concretamente dicho programa ha conseguido que más de 28.500 hectáreas hayan sido forestadas desde ese año hasta la actualidad.

 Así se desprende de un trabajo realizado por el ingeniero de Montes, Francisco Javier Carmona García, al que ha tenido acceso La Tribuna de Albacete. En el mismo se señala que en la provincia de Albacete se han forestado un total de 28.562 hectáreas, la mayoría de ellas fundamentalmente en terrenos marginales o de baja productividad. Esta cantidad se traduce en cerca de una tres por ciento de la superficie agrícola de la provincia y traducido a número de árboles son más de 24 millones de árboles plantados, tocando a 70 árboles aproximadamente por cada uno de los 400.000 habitantes de la provincia. En lo que se refiere a la comunidad autónoma la superficie forestada es de 130.000 hectáreas y a nivel nacional la cantidad asciende a 750.000 hectáreas de terrenos agrícolas.

En su trabajo Carmona señala que donde más se ha forestado por orden decreciente han sido en los términos de Hellín, Villarrobledo, Albacete,  Lezuza, Almansa, Bonete, Chinchilla de Montearagón y  Elche de la Sierra, y destaca por otro lado que en Fuente Álamo es muy notable la actividad repobladora, incluso en años anteriores al comienzo del programa, con más 2.600 hectáreas forestadas. Añade por otro lado, que las zonas con mayores superficies forestadas corresponden con Campos de Hellín, La Mancha y Manchuela. Sin embargo, es en la sierra, donde predominan los terrenos de monte, donde la forestación de terrenos agrícolas ha tenido una menor incidencia. Continua el estudio puntualizando que la densidad media empleada en las forestaciones es de 850 plantas por hectárea para las mezclas de pino con encina y que la superficie media forestada por expediente de ayuda es de 14,56 hectáreas, siendo la mínima de 1 hectárea y la máxima de 430 hectáreas, y puntualiza que los terrenos forestados han sido en su mayor parte tierras arables (cultivos herbáceos) o eriales de baja rentabilidad.

¿Pero cuáles son las especies arbóreas más empleadas?

Pues según el estudio todo depende de las comarcas. Por ejemplo en el Altiplano de la Almansa, la especie es el pino carrasco y la encina; en Campo de Montiel, la sabina y la encina; en La Mancha y Campos de Hellín el pino carrasco, acebuche, encina y cocoja; en la Manchuela el pino carrasco, pino piñonero y encina; y por último en las sierras de Alcaraz y del Segura el pino carrasco, pino negral, encina, quejigo, nogal híbrido y chopo. Pero hay que tener en cuenta que en consonancia con el carácter mediterráneo de la mayor parte de la provincia de Albacete la masa mezclada más empleada para la forestación es la del pino carrasco, llegando incluso al 60 por ciento del total.

¿Pero que hay detrás de la forestación?

Antes de proceder a la elección de especie y al método de preparación del terreno, tiene lugar una inspección previa al terreno que se va a repoblar que realizan los agentes medioambientales para informar sobre las características climáticas, edáficas, topográficas, de flora, de fauna y de usos del suelo que hay en ese terreno.  Tras pasar otro filtro técnico donde se determinan las especies forestales a emplear, la densidad de la forestación, la calidad de la planta exigida y la necesidad de poner protectores; se somete el proyecto de forestación a informe sobre posibles afecciones a  Espacios Naturales Protegidos. Después,  se realiza siempre consulta sobre Evaluación de Impacto Ambiental, aprobándose el expediente en caso de que este proceso resulte positivo y con todas las garantías para la integración medioambiental de la forestación de tierras agrícolas. Las plantas que se emplean para forestar proceden de viveros forestales registrados y sus semillas son de regiones de procedencia acordes con la zona donde se forestará, cumpliendo la normativa nacional y autonómica al respecto

¿Y las ventajas?

Dentro de la forestación hay una serie de beneficios tanto medioambientales como económico y sociales.

En los primeros hay que destacar la regulación de los caudales y el aumento de la infiltración, así como el freno de la erosión para la conversación de los suelos. Además para favorecer la biodiversidad, se han introducido, entre las especies arbóreas de la forestación, otras especies de matorral acompañantes como son la coscoja, el romero, la retama, el espino negro, el acebuche o el enebro, según los parámetros ecológicos de cada zona. Además, el programa prima económicamente las mezclas de especies frente a las forestaciones monoespecíficas.

Pero además las forestaciones contribuyen a la lucha contra el cambio climático, gracias a la captura de dióxido de carbono, uno de los principales gases causantes del calentamiento global del planeta.

No hay que olvidar tampoco la diversificación del paisaje rural mediante la recuperación de enclaves forestales en zonas agrícolas. En este sentido, Carmona señala que no hay más que darse un recorrido por las carreteras de la provincia de Albacete para poder comprobar la aportación positiva de la forestación de tierras agrícolas ha tenido en su paisaje: bosquetes de pinos y encinas aparecen salpicados por un territorio antes dominado únicamente por extensiones monocromáticas de cultivos de cereales en zonas marginales o de eriales a pastos. Aquí, aportan su nota de color y contribuyen de manera decisiva a enriquecer el conjunto paisajístico, creando un efecto mosaico sobre la monotonía de las tierras agrícolas. Estamos ante un programa que no pasa inadvertido en el campo y que ‘se nota’ en el territorio, siendo testigos vivos del mismo los árboles forestales plantados por los agricultores.