Lorenzo Silva: "La novela negra se ha quedado un poco sola"

Virgilio Molina
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Uno de los escritores de mayor éxito en el panorama literario nacional, Lorenzo Silva, visitó ayer la Librería Popular para mantener un encuentro con sus lectores y firmar ejemplares de su nueva novela Lejos del corazón (Destino, 2018)

¿Pensó en algún momento cuando escribió la primera novela de la saga a finales de los 90 que tendría tal reconocimiento popular?

La verdad es que no. Yo empecé con  esto hace más de 20 años y en ese momento ni siquiera me dedicaba profesionalmente a la literatura, sólo había publicado por entonces una novela en una editorial modesta que había pasado bastante inadvertida. El experimento que supuso la primera entrega (El lejano país de los estanques) lo hice con esa libertada enorme que te da no esperar nada de ella. Además en aquel momento era complicado prever que pudiera llegar a gente tan amplia y diversa.

Además el reconocimiento comercial vino acompañado en este caso por el aplauso de la crítica y premios tan importantes como el Nadal o el Planeta.

La verdad es que entre los escritores no suelo coincidir: o bien vendes libros y la crítica te descuartiza o bien te pone muy bien y no vendas un ejemplar (risas). Debo reconocer que la respuesta de los lectores ha sido excepcional para lo que viene siendo la venta de libros en España y críticos que pueden tener un perfil exigente, como los catedráticos Ricardo Senabre o José María Pozuelo, valoraron desde el principio estas novelas, inscritas en un género literario que durante mucho tiempo pasó por ser menor, como es el de la novela policíaca.

¿Podría ser una de las claves haber logrado crear un binomio protagonista muy complementario y lleno de matices?

Sí, en cierto modo son dos personajes desubicados, pero que acaban buscando su lugar en el trabajo, cada uno junto al otro, lo que crea entre ellos un estrecho vínculo y también da mucho juego en términos narrativos. Además el hecho de ser hombre y mujer en un mundo identificado como fundamentalmente masculino todavía hoy es una baza narrativa interesante.

Y esa atracción o tensión erótica que a veces se percibe entre ellos, ¿contribuye a ser un gancho más para el lector?

Para mí eso me parece algo más secundario, pero debo admitir que los libros son lo que los lectores quieren hacer de ellos y muchos me han comentado que encuentran un aliciente en ese factor siempre fuera de control, como es la atracción entre un hombre y una mujer que pasan tantas horas juntos.

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