"Perdí dinero cuando decidí entrar en política en el Ayuntamiento"

CARLOS ZULOAGA
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Alfonso Calera es exconcejal y exdiputado regional del Partido Socialista Obrero Español

De las dos etapas, el Ayuntamiento y la Cortes regionales, Alfonso Calera se queda con la primera, por el contacto con la gente. Muestra su inquietud por el papel que pueda jugar Podemos y defiende la labor realizada desde la transición por la llamada ‘casta’.

¿Cuándo y por qué entra en política?

Mis pinitos comenzaron en la Universidad, pero mi participación comienza en Albacete en 1984 militando en el PSOE. ¿Por qué? Pues pensaba que era el momento adecuado para hacer cosas y el PSOE, aquel PSOE, encajaba entonces con lo que yo pensaba. Fue el partido capaz de transformar un país y esas ideas me gustaban, me sentía identificado con ellas. Lo que pasó entonces es que el PSOE gana con una victoria histórica, un partido que había estado en la radicalidad pero que con la llegada de Felipe le hace ocupar todos el espacio electoral que había tenido UCD. Entonces en el partido estaban Ángel Galán y Juan de Dios Izquierdo.

¿Qué recuerda de esos inicios?

La parte más interesante de esos inicios era que se podía transformar la sociedad. Desde dentro del partido lo primero que recuerdo fue el referéndum de la OTAN.

¿Eso fue duro para el PSOE?

Para mí no. La gente me preguntaba por el cambio de actitud del PSOE, que si me parecía extraño. Yo respondía que era lo que había que hacer y el error es que no se hizo antes. Era aquel momento de OTAN, de entrada no y como ya estábamos dentro yo creo que el pueblo español lo que quería era parecerse al resto de Europa. Pienso que Felipe González y Guerra sabían que no se iba a perder el referéndum. Era lo que había que hacer y lo vi con absoluta normalidad, pero hubo bastantes desgarros porque algunos pensaban que era abandonar unos principios.

¿Cuándo entra en la política activa?

En la ejecutiva provincial yo era el secretario de comunicación y más tarde lo fui de organización. Y en 1987 entro en el Ayuntamiento como concejal de Servicios Sociales y teniente alcalde. Yo había sido elegido como director de la Escuela Politécnica por mis compañeros y dejo la dirección ganando más dinero que en el Ayuntamiento, y yo creo que esas cosas hoy merece la pena decirlas, yo perdí dinero cuando decidí entrar en política en el Ayuntamiento.

¿Qué recuerda de esos cuatro años en el Ayuntamiento?

El Ayuntamiento me pareció una cosa asombrosa. Recuerdo a los compañeros con gran cariño incluido gente de la oposición y tengo que recordar sobre todo a Miguel Muñoz. Teníamos nuestros enfrentamientos pero había un gran ambiente entre todos. El otro día me encontré con Jorge Navarro, que fue concejal de Cementerios, en la Universidad y seguimos teniendo un trato muy cordial. Tengo la sensación de que no quedó ninguna herida abierta y esa etapa también me sirvió para descubrir lo que era la acción social, la intervención en la calle, de cómo un Ayuntamiento puede llegar a la gente si se hace bien las cosas. La parte negativa era la presión que teníamos en la búsqueda del empleo porque se veía el Ayuntamiento como un lugar para encontrar un trabajo, y había una tendencia en esa dirección. Eran años donde se había salido de una crisis económica muy importante y la demanda más importante era el empleo.

¿Qué logros recuerda de entonces?

Yo creo que se consolidó todo un sistema de servicios sociales y en su conjunto uno podía sentirse orgulloso de su Ayuntamiento, más allá de las cosas concretas, y sirvió para que en las siguientes elecciones se ganase con mayoría absoluta. Y desde el punto de vista personal me quedo con el contacto con la gente porque mi modelo político de entonces no era el modelo distante, era el de fajarse.

¿Después del Ayuntamiento qué es lo que hace?

Me presento como parlamentario regional y soy elegido. Mi etapa en las Cortes es mucho más triste en el sentido de que el papel del Parlamento regional estaba muy subordinado al gobierno regional y no estaba articulado. Yo creo que ni antes ni ahora han tenido un papel preponderante. Fue una etapa de mucho viaje y políticamente fueron unos años de un tono bastante menor que mi paso por el Ayuntamiento. Y cuando acabo esa etapa decido volver a la Universidad, fue una decisión mía, porque además una de las cosas que recuerdo con más cariño fue el nacimiento de la Universidad en Albacete, porque además yo colaboré con todas mis fuerzas. Otra de las cosas que también recuerdo   de esos años fue el nacimiento de Pacto por Albacete, que fue muy importante pata el desarrollo de nuestra provincia.

¿Pero cómo siguieron sus relaciones con el partido?

Yo tengo discrepancias orgánicas con los que habían estado conmigo en la primera parte y creo que había que regenerar la estructura política del partido y no se me hace caso. Yo defendía la necesidad de una conferencia política para estudiar lo que había sucedido en las elecciones del 95 donde se perdieron todas las instituciones menos la Junta, pero no se hace nada y a mi juicio lo que hace es apostar por dejar pasar el tiempo. Por eso me planteo formar una alternativa al oficialismo, al aparato, y eso que yo había sido aparato, y lo intento durante cuatro o cinco años, pero no salió adelante.

¿Y es cuando se presenta a las primarias en 1998?

Ese fue otro intento, fue una alternativa muy interesante y yo me lo pasé muy bien. La verdad es que fue una lástima que no las ganáramos, y quien sale es Pérez Castell. Las perdemos y hay que tener en cuenta que competíamos contra todo el aparato y la derrota entraba dentro de la lógica más aplastante. Para mí políticamente fue una lástima porque era el intento de un grupo de gente de intentar hacer una cosa diferente, de hacer una política basada en la honestidad y limpieza personal más allá de otra cosa, y eso era lo que nos distinguía. Y fue una lástima porque después vino la desgracia del AVE.

¿Por qué dice la desgracia del AVE?

Porque Albacete perdió su posición estratégica al no defender el trazado sur, el que teníamos, frente al otro que nos condenaba, que nos dejaba fuera de las líneas principales entre Madrid y Valencia. En la defensa de esa posición confluimos gente que antes habíamos estado enfrentadas y vimos que la opción sur era la estratégica, la que más interesaba a Albacete, a sus ciudadanos y a sus instituciones. Y curiosamente ni la sociedad organizada ni esas instituciones fueron capaces de ver lo que se les venía encima. Aquello fue un destrozo, ver como la estructura política protagonizada por Bono fue capaz de modificar y hacer que la gente fuera en contra de los intereses generales, aquello fue tremendo. Para mí fue la salida profunda de la política porque aquello fue tremendo en mi relación con el PSOE.

¿Cómo ve el panorama nacional tras las elecciones del 20 de diciembre?

Yo creo que ha habido una crisis económica muy fuerte, especialmente entre los jóvenes, que ha servido como caldo de cultivo para la aparición  de partidos populistas como Podemos, que predican cosas que saben perfectamente que no son posibles de realizar, porque la generación de los panes y los peces sólo ocurre una vez, y los milagros en política no ocurren si no es con trabajo y sacrificio. Luego hay otra emergencia muy interesante que es la de Ciudadanos que intenta reformar una derecha que se ha quedado anquilosada y a lo que quiero llegar es que hay una decadencia profunda de la clase política que se sirve de los cargos en su beneficio más que a servir a los demás. Y la aparición de esos dos partidos representa la necesidad de cambiar la clase política, pero como los dos principales partidos se resisten a ello, pues emergen otras cosas. Y esa es la situación.

¿Pero cómo se soluciona ese problema?

Yo soy socialdemócrata moderado profundo y creo que las sociedades avanzan cuando se es capaz de construir las cosas en su conjunto. Si yo aprendí algo cuando estaba en los Servicios Sociales del Ayuntamiento fue una frase muy clara que dijo un obispo: “es más difícil cambiar a las personas que construir casas”, quiero decir que hay una tarea larga y dura, de prestar atención a los principios de educación, sanidad y pensión.

¿Pero cómo se plasma eso?

Pienso que a todos nos interesa un acuerdo de gobierno del PP, PSOE y Ciudadanos. Esa es mi postura. En este momento la pretendida equidistancia de hablar con todos es un error estratégico. Creo que tienen que consolidarse los partidos emergentes, y eso significa tiempo, ver como gobiernan esos partidos, porque están recién llegados y tienen que tener un tiempo de recorrido. En estos momento el PP no puede dejar fuera al PSOE, y el PSOE no puedo hacer lo mismo con el PP. Esa es mi postura.

Vale, ¿y presidente quién?

Yo creo que el mandato que sale de las urnas, que cada uno lo interpreta como le sale de las narices,  en mi opinión es claro, y no es otro que ellos se tienen que poner de acuerdo en lo más importante, en sanidad, en educación, en pensiones, en la estructura territorial de Estado, el empleo y la corrupción. Pienso que la postura más razonable la ha dicho Felipe González, que no es otra que no se impida gobernar al que tiene más votos pero eso sí, controlando todo lo que se hace. Vamos que la abstención debe tener un valor que se debe conseguir en esas políticas. Y otras soluciones serían un desastre para el PSOE, tengo esa inquietud. Yo me acuerdo que con la transición se discutía si ruptura o reforma, y entonces la sociedad española, que tenía estadistas, optó por la reforma, y se juntaron gente que venía del franquismo con otra que había salido de la cárcel. Y eso acuerdo dieron los años de mayor progreso de este país en siglos. ¿Vamos a ser capaces de poner al frente de un gobierno a gente que quiere romper ese modelo?

¿Y esta situación le haría pensarse su vuelta a la política?

Estoy muy bien en la Universidad, he tenido la suerte de dirigir un grupo de investigación de alto nivel internacional y gracias a esos proyectos estamos manteniendo a 15 jóvenes titulados que están haciendo sus tesis con unos sueldos decentes. Esa es mi aportación más importante en estos momentos y está fuera de todo horizonte que yo pueda pensar volver, no me veo y además cada uno tiene sus etapas.