La Junta dice que la procesionaria sólo provoca daños «localizados»

E.F.
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El Servicio de Medio Ambiente en Albacete calcula que hay niveles «graves» de infestación en 5.000 hectáreas, en su mayor parte localizadas en las comarcas del este y del sudeste

La procesionaria del pino se ha adelantado este año, a causa de las temperaturas inusualmente altas de un invierno que más parece una primavera. Eso ha obligado a la dirección provincial de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente a adelantar los tratamientos para evitar su proliferación.

Sin embargo, el jefe del Servicio Provincial de Medio Ambiente,  José Luis Fernández, explicaba ayer a La Tribuna de Albacete que en la provincia, especialmente el sudeste, la procesionaria es «endémica» y que el pino más habitual, el carrasco, está «muy bien adaptado» a este animal. Tanto como el animal al medio.

«Se suele decir que hay una relación inversa entre la procesionaria y el frío -señaló- esto es, que a más frío, menos procesionaria, pero en Albacete eso no es del todo correcto, para que el frío se llevase por delante todas las bolsas, tendríamos que tener entre 12 y 16 grados bajo cero, según la zona».

Algo que no ha sucedido ni este año, ni los anteriores. De hecho, precisa Fernández, el nivel de infestación y el grado de la misma tiene que ver, más bien, con la forma en la que se han gestionado algunas masas forestales de la provincia de Albacete, con especies no siempre bien adaptadas.

«El pino carrasco, el de aquí, está muy bien adaptado a la procesionaria -señala- pero otros, como el negro o el canario, no lo están, y eso provoca problemas de infestación bastante graves, que llaman mucho la atención allá donde se dan, pero se trata de problemas localizados, puntuales».

zonas afectadas. Por zonas, en el centro y el oeste se han detectado problemas en  Barrax, Peñas de San Pedro y Pozohondo; en La Manchuela, hay pinares especialmente afectados en Pozo-Lorente, Casas de Juan Núñez, Fuentealbilla y especialmente en Villavaliente donde hay pinares que alcanzan el nivel tres.

«Existe un sistema de niveles, que van del cero, que es el mínimo que es una infestación pero sin daños aparentes, al cinco, que es el máximo -precisa Fernández- y nosotros empezamos a actuar cuando se pasa del dos al tres».

Más al sudeste, los principales problemas se dan en Fuente-Álamo, Hellín, Férez y Socovos.

En estos momentos, de las masas del pino, hay 264.000 hectáreas en el nivel cero; 62.600 en el uno;  9.700 en el dos, 4.000 en el tres y 1.000 en el cuatro. En el nivel cinco, esto es, árboles pelados por completo, cero hectáreas. El responsable del Servicio Provincial de Medio Ambiente explicaba que, además, la respuesta no puede ser ya tan rápida como era antes, porque los tratamientos están mucho más limitados.

limitaciones. «Antes era sencillo -indica- dabas un tratamiento aéreo en la zona infestada, y se acabó, pero ahora eso está prohibido, hay directrices europeas que lo prohiben de forma expresa por los daños que las sustancias fitosanitarias puedan tener en el medio ambiente y en las personas».

Los tratamientos actuales son igual de eficaces, pero más lentos.  Se dan tratamientos manuales y se usan trampas con feromonas para dificultar la reproducción del insecto cuando está en la fase de mariposa. En paralelo, se hace un seguimiento más intenso de las áreas infestadas.

En cuanto a la evolución,  Fernández indica que «estamos dentro de los niveles normales para una provincia que tiene áreas endémicas». Por superficie afectada, el peor año fue 2013, con más de 350.000 hectáreas; por intensidad,  2009 y 2010, cuando hubo pequeñas áreas en las que la defoliación fue absoluta.