La historia del Albacete y su deuda perpetua

Juan Carrizo
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El club entró en barrena con el inicio del siglo y ni el proceso concursal salvó la situación

El Albacete Balompié se encuentra inmerso en plena liquidación de la sociedad por voluntad propia. La imposibilidad de llegar a un acuerdo con Hacienda por una deuda postconcursal generada en los años 2011, 2012 y 2013 ha llevado al actual presidente y dueño del club, José Miguel Garrido, a solicitar la liquidación en el Juzgado de lo Mercantil.

Más allá de dirimir si la Agencia Tributaria está obrando bien o mal con el Albacete, o si el club  es ahora mismo viable o no , lo que es cierto es que la entidad ha sido un continuo desastre desde tiempos inmemoriales a nivel económico, con una constante deuda imposible de soportar debido a la modestia de sus ingresos. La solicitud de un proceso concursal, en el que el club salió muy bien parado, resultó inútil por la pérdida ese mismo año de la categoría profesional, lo que desembocó en la generación de más deuda, algo que no se puede hacer, según la ley concursal.

Desde la conversión en SAD, las cuentas del Albacete han pasado por Junta de Accionistas que las han aprobado a pesar de ser desastrosas, con la evidente responsabilidad tanto de los administradores como de los propios accionistas. Las pertinentes auditorias  se han cansado de repetir la inviabilidad de una sociedad incapaz de generar ingresos con los que amortizar los gastos en la gran mayoría de sus ejercicios. Si los ingresos no llegan para pagar los gastos anuales, como van a llegar para quitar la deuda acumulada y son demasiadas las temporadas que las cuentas han arrojado números rojos.

El Albacete, con una deuda histórica entre los 12 y los 15 millones de euros desde el año 2000, alcanzó un acuerdo más que interesante con sus acreedores en el proceso concursal en la campaña 10-11, pasando de tener una deuda que era de unos 13,5 millones de euros, a los 8,3 millones con los que se salió del concurso en mayo de 2011. El descenso deportivo fue un duro golpe, pero lo peor es que al presentar la cuentas de la campaña 10-11, la entidad ya había vuelto a generar otros tres millones más de deuda.

La falta de ingresos en Segunda División B supuso un nuevo descalabro, porque las pérdidas acumuladas en esos tres años en la categoría de bronce están en torno a los cuatro millones de euros. Así las cosas, a 30 de junio de 2014, según el balance de la entidad, la deuda acumulada es de 12,4 millones de euros, de la que 7,1 millones corresponden a la deuda concursal.

La evolución de la deuda histórica viene dada, principalmente, por las huidas hacia delante de los diferentes Consejo de Administración, así como los continuos recargos e intereses acumulados por los impagos que se iban produciendo. En los primeros años la sociedad mantuvo un nivel aceptable de deuda, entre los dos y los tres millones en las primeras cinco temporadas en Primera División.

Con el descenso aumentó la deuda, que pasó a los siete millones de euros y que se terminó de disparar con la entrada del nuevo milenio, cuando superó los 12 millones de euros. A partir de ahí la supervivencia del club ha sido casi milagrosa, hasta que el retorno a Segunda División y a la LFP el pasado verano se veía como una posibilidad de salvación que ha quedado frustrada por la presentación   de liquidación, un proceso que al ser solicitado por la propia entidad no tiene vuelta atrás.

Pase lo que pase, el Albacete Balompié SADnacido en 1940 y que agosto iba a cumplir 75 años  dejará de existir, para dar paso a un nuevo club, no se sabe todavía en qué condiciones y en qué categoría deportiva, situación que mantiene  en vilo a los aficionados.