La entrada del Albacete Balompié en proceso de liquidación genera muchas dudas sobre el futuro del fútbol en la ciudad y ya han surgido las primeras voces que quieren transparencia en el proceso y velar por los intereses de la ciudad, ya que consideran que el club trasnciende más allá de la que es su afición al ser un referente histórico y económico para Albacete.
Entre estos aficionados se encuentra el que fuera presidente del club en 1995, José Ramón Remiro Brotons, abogado del club durante muchos años y que se hizo cargo de la entidad y le tocó luchar por el ascenso administrativo que mantuvo la temporada 95-96 al Alba en Primera División.
Remiro Brotons confirmó a este diario que se trata de «tutelar el proceso para defender los intereses de la ciudad, personándonos en el procedimiento. Estamos en ello, a ver como lo hacemos, seguramente a través de la cesión por parte de algunos acreedores de sus créditos, a coste cero o por un euro, entre otras cosas porque no van a cobrar, con el objeto de tener legitimación para intervenir y poder pedir el plan de liquidación, poder hacer alegaciones y transmitir, en vivo y en directo, las circunstancias que se deriven de la liquidación».
«Queremos que en el plan de liquidación que debe estar elaborando el administrador concursal se introduzcan una serie de condiciones para que, sea quién sea el que se quede con la unidad productiva del Albacete Balompié, el club se quede en Albacete y para Albacete. La Ciudad Deportiva no se la pueden llevar, pero sería una desgracia que se la quedase un tercero y que no la pudiera utilizar el club de la ciudad y encima le imponga condiciones al Ayuntamiento», argumentó.
Señaló la dificultad de optar al club, algo que quizás deberían plantearse empresarios de Albacete, pero destacó la importancia y relevancia que tiene el club para la ciudad. «Nos interesa estar ahí y si no podemos presentar una candidatura a concurrir en lo que puede ser la venta o subasta del Albacete, por lo menos tutelar el proceso para que se defiendan los intereses de la ciudad. Y digo ciudad porque el Alba va más allá de su afición y eso debemos tenerlo claro. No sólo es un club de fútbol, ya que trasciende en su reprensentación de la ciudad y además tiene unas instalaciones, envidia de muchos, que no podemos olvidar que han salido del Ayuntamiento».
Una de las dudas que se plantea Remiro Brotons es qué pasará con la plaza en Segunda División. «La cuestión a dilucidar es si la LFP y la RFEF van a aceptar la sucesión en la titularidad de la plaza en una nueva sociedad, con la posibilidad de seguir participando en Segunda División».
Para terminar, el expresidente insistió en el compromiso de permanencia para evitar que «un aprovechado aparezca y quiera llevarse al Albacete para hacer su negocio, sin importarle para nada ni la ciudad ni la afición».