La guerra también se ensaya y se entrena, y Albacete prepara sus instalaciones militares para que asuma la parte que le toca en el mayor ejercicio que la OTAN celebrará en las últimas dos décadas. Se llama Trident Juncture 2015, y los detalles que adelantó el ministro de Defensa Pedro Morenés en Madrid a principios del mes de julio los ampliaron ayer en la Base Aérea de Los Llanos dos generales de los ejércitos de Aire y de Tierra.
De parte del Ejército del Aire quien lo hizo es un conocido de Albacete, el primer coronel jefe que tuvo el TLP, Ignacio Bengoechea. De otra parte, para explicar cómo afectará el Trident Juncture al campo de maniobras de Chinchilla, quien intervino fue el jefe de Operaciones del Cuartel General de Cuerpo de Ejército de Despliegue Rápido de la OTAN, el general Fernando García-Vaquero.
Según Defensa, con este ejercicio, que afecta considerablemente a Albacete, la OTAN busca «mostrar la preparación y la interoperabilidad de las capacidades aliadas para la defensa colectiva y la gestión de crisis; dar una respuesta conjunta a las amenazas presentes y futuras; y coordinar y colaborar con los diversos actores que trabajan en un escenario internacional». El general Bengoechea, ahora jefe del Centro de Operaciones Aéreas del Mando de Combate Avanzado, explicó que la OTAN «ha pensado en Albacete» y en particular en el sur de Europa para la fase práctica de este ejercicio, que tendrá lugar durante tres semanas, entre el 21 de octubre y el 6 de noviembre. España se lleva la mayor parte del despliegue de militares, 20.000 de los 30.000 que se repartirán en toda Europa.
MÁS DE 4.000 militares. De esos 20.000, en torno a 4.200 vendrán a Albacete, 3.500 para el Centro Nacional de Adiestramiento de Chinchilla y alrededor de 700 para la Base, donde se ubicarán diversas células y batallones. También en la Base se desplegarán una docena de aviones de bandera española, además de cuatro helicópteros, y otros 22 cazas de combate de Francia, Reino Unido y Turquía. Durante las tres semanas, los despegues y aterrizajes se sucederán al ritmo de «unos 30 por día», dijo Bengoechea, aunque esa cifra se eleva hasta los 58 en los cuatro días señalados de vuelos nocturnos. Ignacio Bengoechea señaló que la incidencia de los vuelos será «como la de un curso del TLP, aunque es cierto que va a haber un poco más de frecuencia, pero el nivel de ruidos será el mismo; no se notará en la ciudad, porque al igual que el TLP tampoco volarán sobre Albacete». Lo que figura en la documentación que ayer se repartía a los periodistas pasa por unas 40 salidas diarias de aviones desde la Base, 18 entre las 10 y las 12 horas, y 22 entre las 15 y las 18 horas. Los vuelos nocturnos, fijados el 22, 27 y 29 de octubre, y el 2 de noviembre incluyen 18 despegues y aterrizajes entre las 20 y las 23 horas.
El otro escenario albacetense de los 16 que contempla la fase práctica del Trident Juncture es Chinchilla, donde las fuerzas aliadas entrenarán frente a un batallón norteamericano que asumirá el rol de «fuerza de oposición» o fuerza enemiga. En ese batallón se integrarán también fuerzas españolas de la Comandancia de Baleares. Los detalles que daba el general de Tierra Fernando García-Vaquero revelan «el gran esfuerzo de planeamiento y coordinación» que se llevará a cabo, aunque en fuerzas terrestres es el campo de San Gregorio en Zaragoza el que asume más participación en el ejercicio. Soldados españoles, americanos, noruegos, italianos, daneses, británicos y también polacos empezarán a llegar a Chinchilla en breve para estas maniobras, con el reto de «la interoperabilidad». El despliegue incluye transportar vehículos ligeros, carros de combate y helicópteros de apoyo. Ambos generales hablaron también del impacto económico positivo que el despliegue de tantos militares tendrá en la ciudad durante varias semanas.