Santi Flores, uno de nuestros más interesantes escultores, viaja a Roma donde inaugurará una exposición el 18 de octubre, en la galería Spazio Ginco, en la que ya estuvo el año pasado con gran éxito y es que, decía, «fue muy bien artísticamente y personalmente; también porque hicimos amistad con la gente de la galería y pasamos una temporada en Roma. De nuevo ahora, con una pintora romana, Rosa Dragonetti, expondré en aquel espacio hasta el 1 de noviembre y como comparto con ella esta muestra, lo último que he hecho, las Señoritas Pin-up, una particular interpretación de Las señoritas de Avignon, con mi lenguaje, y también obra más pequeña, otras cinco piezas. Estoy trabajando porque también quiero llevar obra que sea un poco diferente, con el mismo lenguaje, pero aún estamos trabajando, porque tiene que concordar también con lo que lleva Rosa». El escultor decía que su obra intenta que sea sobre todo «divertida, atrayente estéticamente, más que buscar un mensaje, porque pienso en las personas que pueden acceder a tenerlas, para que sea una obra que te guste mostrar en su casa, por eso es muy importante para mí que sea atractiva y agradable».
Su pasión por la música le ha llevado por distintos caminos y cuando decide centrarse en el hierro, concretó «buscaba algo que me gustase especialmente y las manos grandes y abiertas las veo como un reflejo de transparencia, porque el fin y al cabo que alguien te reciba con los brazos abiertos da una imagen de honestidad y aunque he hecho otras obras sigo con este lenguaje figurativo, aunque será abstracto más o menos».
Su trabajo es con hierro calado, «un material muy fuerte, pero me gusta que se pueda ver a través de él y además utiliza la escultura como lienzo, «una línea que ha ido evolucionando también, porque en las primeras expresiones y exposiciones en 2011, utilizaba sólo un color, con grandes volúmenes y mucho movimiento, pero me gustan los rojos y azules, es algo estético, para que llamen la atención, algunas de mis esculturas incluso tatuadas además de pintadas, con motivos tribales, como estas Señoritas Pin-up, pero no demasiado elaboradas tampoco ya que es muy importante que con un primera impresión guste al espectador».
La figura y su metamorfosis está muy presente en la obra de Santi Flores, siempre con el movimiento como protagonista y con distintos puntos de vista integrados en una misma obra, que puede verse desde distintas perspectivas y profundidades, que dan forma a las piezas con las que juega y «siempre me gusta probar, evolucionar, porque te puedo decir que me atormenta estancarme; entonces te das cuenta que con el trabajo van surgiendo las ideas en un camino y aunque en un momento determinado no haya inspiración, sabes que va a llegar» y sin duda ahí está ese espléndido trabajo que lo muestra perfectamente. Se centra Santi Flores sólo en la escultura, siempre pintada, integrando en la misma obra las dos disciplinas y «aunque no me atreva a pintar sobre un lienzo, sobre las esculturas hago lo que quiero. Así es que por el momento seguiré con la misma estética. Siempre las hago primero en pequeño para ver cómo va a quedar y después llevo a gran formato». Advertía que «lo inmediato, cuando vuelva de Roma, trabajaré en una serie sobre estas Señoritas de Avignon de un par de metros para una exposición, porque además de las que suelo hacer en Viktor Gastro Café, que me trata genial, o en Indiano, donde José Luis también me trata muy bien, voy a mostrar mis piezas en la boutique de Lola Muñoz, aquí en Albacete». No descarta llevar su obra otros museos y galerías, «porque me gusta todo y lo inmediato será llevar mis esculturas a una Fundación en Altea, en abril. Luego, en 2015 también voy a Madrid, a prestigiosa galería». Tampoco desdeña otros proyectos y se podrán ver sus esculturas en breve en la película Plan de vuelo.