La Junta adecuará sus museos a las personas con discapacidad

LUIS J. GÓMEZ
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Educación activará en 2015 un programa integral de accesibilidad para adecuar los espacios museísticos a personas con problemas de movilidad, percepción sensorial o cognitiva

El Museo Sefardí de Toledo (estatal) ya se adaptó para invidentes y tiene maquetas que se pueden tocar.

El año que viene la Junta pondrá en funcionamiento un programa integral para hacer sus museos más accesibles. Es uno de los deberes que se han puesto en la Consejería de Educación, Cultura y Deportes y que así viene reflejado en la memoria de los Presupuestos para 2015. En concreto, el departamento de Marcial Marín tendrá que activar este plan de accesibilidad para «ir adecuando los espacios museísticos a personas con problemas de movilidad, de percepción sensorial o cognitiva».

Entre los museos que gestiona la Junta están los de Cuenca, Guadalajara (en el Palacio del Infantado), Albacete  y Ciudad Real (convento de la Merced). También lleva el Museo de Santa Cruz en Toledo -donde ahora se puede ver la última gran exposición del Año Greco- el museo de cerámica de Talavera Ruiz de Luna, la casa de Dulcinea del Toboso y el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, en Cuenca. Para ir adaptando todos estos museos la Consejería de Educación tendrá para 2015 una partida de 575.000 euros en el capítulo de inversiones para museos. Pero además de para hacerlos accesibles, la Consejería también tendrá que emplear parte de ese dinero a mejorar los espacios que se destinan a custodiar los fondos museísticos, que es otro de los deberes que se ha puesto Marín para el año que viene.

Para que un museo lo puedan disfrutar todos no solo basta con poner una rampa a la entrada y tener un ascensor para subir de planta, aunque esto también es indispensable. Luis Perales, que es el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha, da unas pinceladas de los requisitos necesarios que tiene que cumplir un museo para que sea completamente accesible. Por  ejemplo, las vitrinas deben estar a la altura adecuada para que las puedan ver las personas que entran con sillas de ruedas. Para las personas invidentes son muy útiles las maquetas en tres dimensiones que puedan palparse. Otro de los detalles que hay que cuidar para los visitantes con problemas de visión es el tamaño de las letras de los textos que se utilizan en los museos y que haya una buena iluminación.

En el caso de las discapacidades intelectuales, Perales señala que es muy útil el uso de guías con pictogramas o de lectura fácil. Además señala la necesidad de que en todos los museos haya zonas de descanso y que se programen visitas guiadas aptas para todos, por ejemplo, con lenguaje de signos.

Algunos ejemplos ya hay en la región del camino que se debe seguir. El Museo Sefardí de Toledo,  adecuó su exposición a invidentes con la colaboración de la Fundación ONCE en 2010. Y este 2014 con el Año Greco y de la mano de la Fundación Orange se editó una guía con pictogramas para personas con discapacidad intelectual o de desarrollo.