Lo mejor de cada pueblo

I.M.
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Los Grupos de Acción Local de la Sierra del Segura y de la Sierra de Alcaraz y Campos de Montiel ponen a disposición de las empresas una marca que reconoce la calidad diferenciada de sus productos y su territorialidad

El pasado jueves Almagro acogió la celebración del Congreso Regional de Marcas de Calidad Territorial. Bajo organización  de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava (Ciudad Real) estuvieron presentes, además de la anfitriona, la Asociación Comarcal Don Quijote de La Mancha (Toledo), el Grupo de Acción Local Dulcinea (Toledo),  la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de Almadén, Montesur, así como de los Grupo de Acción Local de Albacete, Sierra del Segura y Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel, Sacam.

Dar respuesta a las exigencias cada vez mayores de los consumidores, resaltar los elementos diferenciadores de sus productos y servicios y potenciar aquello que hace a las empresas de sus respectivos territorios diferentes, es precisamente lo que hay detrás de estas marcas de calidad territoriales que buscan, en definitiva, comenta el técnico del Grupo de Acción Local de la Sierra del Segura, José Manuel González, distinguir a los mejores de cada pueblo e indirectamente servir de estrategia de  desarrollo y de fijación de la población, añade, por su parte, Antonio Sánchez, gerente de Sacam.

Esta marca no protege o valora algo en particular como pueden hacer las espigas de oro, la ‘Q’ o las normas IS0 sino al conjunto de productos, servicios y patrimonio que hay en cada comarca valiéndose de un único logotipo identificativo. Hoy por hoy en la provincia albacetense únicamente hay dos de estas marcas comarcales, por un lado, la de  Sierra de Segura, Sierra Viva registrada desde el 2013 y la de Sacam, Sierra de Alcaraz y Campos de Montiel, que acaba de registrarse.

 A la primera marca, a la de Sierra d Segura, Sierra Viva, quieren adherirse nueve empresas. Tres son turísticas y están ubicadas en Ayna y Riópar respectivamente (un pequeño hostal y dos hoteles, uno de ellos de gran capacidad), y otras cuatro son casas rurales localizadas en Elche de la Sierra, Férez y  Yeste. Luego está una empresa de Yeste que elabora miel de romero y de alta montaña y una empresa de artesanía que elabora jabón artesano, explica José Manuel González.

  Y a la segunda, a la de  Sacam, ya han manifestado su intención de adhesión  una docena de empresa  localizadas en diferentes municipios de los 25 que forman esta comarca, comenta Antonio Sánchez. Su actividad, al igual que pasa con la otra Sierra, se encuadran en tres sectores muy concretos, el agroalimentario, el turismo y la artesanía. Ofertan alojamientos, restauración y ocio a los visitantes o elaboran embutidos, aceites o quesos ecológicos, bicicletas, refajos o muñecas de trapo, dándose, además, la circunstancia de que más de una tiene en el exterior su principal mercado.  

Los Grupos de Acción Local son los que coordinan las acciones y los responsables de la actividad programada en relación con esta marca de calidad. La  adhesión a este distintivo es voluntaria pero, además de pedirlo, antes de su concesión e inscripción en el correspondiente registro, hay que pasar, hasta tres visitas, y una auditoria externa que avale no sólo que se cumplen los reglamentos establecidos por cada marca territorial en general y en particular para el sector productivo en que se encuadre, sino también que detrás del peticionario hay una producción rural y hecha, además, de forma limpia y justa, es decir, con responsabilidad social y respeto al medio ambiente.

No obstante como dice Antonio Sánchez, esto «no ha hecho más que empezar con las primeras peticiones pero nuestra intención es llegar al 100% dadas las ventajas que supone». Dichas ventajas son, comenta, José Manuel González,  incrementar su competitividad pero también reforzar su apertura al mundo pues se funciona en red con la participación de diferentes territorios de la Unión Europea.

30 territorios. Fue en el año 2000 cuando España se enganchó a esta iniciativa de potenciación de lo rural y desde entonces se han constituido alrededor de 30 de estos territorios de calidad.  Castilla y León y Andalucía son las dos comunidades en donde hay mayor implantación, mientras que a nivel de región fue Tierras de Dulcinea (Toledo) la que empezó.  Luego se han ido sumando las dos comarcas albacetenses, la de Tierra de Talavera (Toledo), ‘MonteSur’ (Ciudad Real), Campo de Calatrava (Ciudad Real), Tierras de Occam (Toledo) y está en vía de certificación, Montes de Toledo.