El Gobierno mantendrá su política penitenciaria con los presos etarras

BENJAMÍN LÓPEZ (SPC)
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La organización terrorista se cuela en el Congreso en las intervenciones del PNV y Amaiur, pero el líder del Ejecutivo remarca que «nada cambiará» mientras la banda no se disuelva

Es un clásico: en el segundo día del Debate sobre el estado de la Nación siempre se cuela ETA. De ello se encargan, año tras año, los diputados vascos del PNV y de Amaiur, eso sí, con un tono muy diferente que también tuvo una réplica diametralmente opuesta por parte del presidente del Gobierno. Así, Mariano Rajoy aseguró a los nacionalistas que no cambiará la política penitenciaria respecto a los presos de la banda terrorista, mientras ésta no se disuelva. Más gruesas y contundentes fueron sus palabras respecto a la intervención del diputado abertzale, Sabino Cuadra, que el jefe del Ejecutivo calificó de «repugnante».

Y es que el portavoz de Amaiur acusó al Gabinete popular de amparar la «tortura», las «ilegalizaciones» y la «sádica» política de dispersión de presos etarras. «En Euskal Herria hoy tan solo queda un tipo de violencia: la del Estado», llegó a decir, aunque le quedaban aún la traca final. Sin que le temblase la voz, fue incluso más allá al asegurar que el Gobierno estaba «muy cómodo con el conflicto violento», cuando ETA mataba. Rajoy no se fue por las ramas en su contestación y señaló que «esa afirmación es repugnante» y le acusó de no tener «ni un ápice de humanidad». De hecho, el presidente resaltó que «una de las grandes cosas de la democracia es que permite que una persona como Cuadra pueda venir aquí a dar lecciones sobre derechos humanos».

El enfrentamiento no terminó ahí, ya que el radical, en su turno de réplica, acusó al Ejecutivo de tener «anclajes profundos en el franquismo», al tiempo que indicaba que no estaba dispuesto a admitir lecciones de Rajoy. «Clases de usted, de su Gobierno y de su partido, ni una; en materia de ética y moral, ustedes callados y a la cola, a repetir curso», apuntó.

El debate de Rajoy con el PNV sobre ETA se produjo en un tono completamente distinto. El representante de los nacionalistas, Aitor Esteban, reclamó al Gobierno «otra política penitenciaria» que ponga fin al «régimen de excepción judicial» y promueva «el acercamiento de presos» al País Vasco.

En este sentido, el presidente fue tajante: «La política penitenciaria la vamos a seguir aplicando hasta la disolución de la banda terrorista, porque no hay ninguna razón para que cambie».

A su juicio, ésa es la mejor manera de que los presos de la organización armada puedan actuar «con auténtica libertad» para desvincularse de la banda. Así, aseveró, se van a mantener los mismos requisitos legales «para aquellos que quieran romper con la disciplina terrorista», de tal manera que, si lo hacen, «tendrán una posibilidad de reinserción social» que exige, en todo caso, añadió, el «abandono inequívoco» de la actividad terrorista, la «colaboración con las autoridades», el «repudio» de la violencia y «la petición expresa de perdón a sus víctimas».

A este respecto, Rajoy insistió en que la mejor manera de acabar con la dispersión «es que ETA anuncie, lisa y llanamente, que se disuelve, que confirme ese fin y que deje de ser una organización terrorista». A su juicio, «eso ahorraría muchos problemas a todos los ciudadanos del País Vasco y del conjunto de España».