Los jóvenes albacetenses ven un riesgo mínimo en el consumo de drogas

JOSECHU GUILLAMÓN
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La Asociación Sagrada Familia pide al Gobierno Regional que haga una prevención universal y no selectiva, porque esta lacra llega a todos los sectores de la sociedad, sin importar el estrato social

Imagen simulada de una joven esnifando cocaína. - Foto: Arturo Pérez

Los jóvenes albacetenses perciben un riesgo mínimo en el consumo de drogas. Así al menos lo asegura el presidente y director de la Asociación Sagrada Familia (SAFA), Alejandro Márquez.

Esta afirmación, es fruto del trabajo realizado por la asociación a lo largo del verano, que ha consistido en la colocación de puntos informativos en 17 municipios de la provincia, que les han permitido ver que opinan los jóvenes sobre las sustancias estupefacientes e informarles de los peligros que corren al consumirlas, mediante el reparto de 10.000 folletos.

Además desde Sagrada Familia han podido observar que entre los jóvenes hay un conocimiento «prácticamente nulo» de la red pública y privada que trata las adicciones, tanto a nivel asistencial, como de información y asesoramiento.

En este sentido, Márquez afirmaba que el Gobierno regional debería de dejar de dar una prevención selectiva, «porque es innecesaria e ineficaz», ya que el perfil de los consumidores no está segmentado y cada vez se da a edades más tempranas, concretamente a los 13 años y la tendencia es que las edades sean cada vez menores.

Por todo ello, desde la asociación apuestan por una prevención universal. En este sentido, su presidente destacó que para el curso 2014-2015 ya tienen planificado trabajar con al menos diez institutos para concienciar a los jóvenes de las consecuencias y riesgos del consumo de estupefacientes. Además también se trabajará en la vía pública, con el fin de que la información llegue a toda la población de riesgo.

Las sustancias. En cuanto a las sustancias estupefacientes, Márquez aclaraba que el consumo de alcohol es «tremendamente importante», ya que suele venir acompañado del de otras sustancias, que generalmente son el cannabis y la cocaína.

En este sentido, el director de SAFA recordaba el problema que supone el botellón. «El botellón sigue siendo un problema en la Feria según la FAVA (Federación de Asociaciones de Vecinos de Albacete), pero si el botellón es malo, lo es en todo momento».

Por ello, Márquez se mostró partidario de la prohibición total de este fenómeno. «Con estos comportamientos por parte de las autoridades municipales, lo único que se hace es confundir a los jóvenes. Si se hace una ordenanza para luchar contra su consumo y se permite en determinadas fechas, se da la idea de que lo único que se busca es regular y organizar su realización. La ordenanza debería aplicarse en todo momento y sino que la retiren».

Dejando a un lado el alcohol, el hachís, la marihuana y la cocaína, el presidente de SAFA también alertaba de que en los últimos tiempos se está observando un aumento en el consumo de heroína, una droga que parecía que se había convertido en algo residual. Este «repunte importante» en el consumo de heroína, se debe en parte a la recaída de consumidores de los años 80 y 90, que habían logrado rehacer su vida y que han perdido su trabajo a causa de la crisis.

Sin embargo, según Márquez, existe un segundo factor y es que  esta sustancia ya no se consume por vía intravenosa, como se hacía hace tres décadas. «La heroína ya no se consume inyectada, por lo que se ha perdido el miedo al contagio del VIH, lo que ha contribuido al crecimiento del consumo». En cuanto al número de personas que actualmente reciben tratamiento a través de Sagrada Familia, Alejandro Márquez aseguraba que tenían prácticamente todas las plazas cubiertas. «A través del programa Renacimiento, SAFA cuenta con 64 plazas, que están casi todas ocupadas. En cuanto a las 25 que tenemos homologadas con la Junta, están casi todas cubiertas también».

Por otra parte, otras 130 personas reciben tratamiento a través del régimen ambulatorio.

El director de SAFA recordaba que el que se de servicio a tanta gente, se debe principalmente al trabajo de los técnicos y voluntarios. «A pesar de la crisis, no se ha mermado la atención que damos, por el duro trabajo que realizan». En lo que se refiere a la relación entre sustancias estupefacientes y delincuencia, desde la asociación explicaban que los delitos que cometen los consumidores han aumentado, aunque se trata de delitos poco graves. «Principalmente hablamos de casos en los que el drogodependiente se dedica a la venta al menudeo (en pequeñas cantidades), para costearse su consumo».