El 'boom' del almendro tiñe de blanco el campo albacetense

Ibernalo Mendívil
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Lo que antes era un cultivo marginal ahora está en expansión, y no sólo está presente allí donde antes era impensable verlo sino que también se ha llevado por delante otras plantaciones

No se sabe si es porque la almendra está registrando unos precios de venta como nunca antes los había tenido gracias a la apertura de nuevos mercados por parte de Estados Unidos, o porque es un cultivo, además de muy mecanizado, muy versátil, que se adapta tanto al pequeño que se dedica al campo el fin de semana como al grande,  pero lo cierto es que los agricultores albacetenses están apostando fuertemente por la siembra de almendros en sus terrenos. Y lo están haciendo hasta el punto de que hoy por hoy este árbol no sólo está presente en donde no hace mucho tiempo era insospechable verlo, sino que igualmente ha pasado de ser un cultivo marginal colocado para dar sombra, a llevarse por delante otras plantaciones tradicionales albacetenses, como es el maíz o el viñedo.

Sólo entre los años 2013 y 2014, en la provincia de Albacete se pusieron en explotación 1.740 hectáreas nuevas de almendros, el 58% del incremento en la comunidad autónoma para el mismo período, según las Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha.

La provincia albacetense es precisamente la que aglutina el 50% de la producción manchega de almendras y aunque se puede cultivar tanto en secano como en regadío, es, no obstante, en secano en donde  más almendros uno puede encontrarse, superándose las 28.000 hectáreas cultivadas.  En secano las variedades más presentes en el campo albacetense son soleta, vairo, guara, lauranne, constantí, penta (para riesgo elevado de heladas), mientras que en regadío son belona, soleta, vairo, antoñeta,  guara, lauranne, marinada y  penta (para riesgo elevado de heladas). No obstante, como comenta el técnico del ITAP de la sección de cultivos leñosos, Fernando Mañas, la elección de una u otra depende de muchas variantes, es decir,  desde dónde se cultive hasta la disponibilidad de agua , pasando por el perfil del suelo. Luego está el tema de la floración, algo a tener en cuenta de cara a las heladas y a sus efectos, o dicho de otra manera, cuanto más tarde florezca, pues mejor, añade Fernando Mañas. 

La tercera mundial. Hoy por hoy precisamente el 80% de las consultas que llegan a la sección antes mencionada tienen que ver precisamente con esto, con la variedad a elegir de un árbol que a nivel nacional tiene una media de producción en secano de entre los 100 y 150 kilos de pepita (almendra grano) por hectárea, mientras que en California, en donde se produce más del 80% de la almendra a nivel mundial, el pasado año se alcanzó una producción de hasta los 2.340 kilos por hectárea simplemente porque allí, al igual que ha pasado con Australia, el modelo productivo por el que se ha apostado es el de grandes explotaciones intensivas de regadío. Y si Estados Unidos es el primer productor mundial  de almendra y Australia el segundo, y España con 50.000 toneladas anuales es el tercero, y dentro de España, Andalucía es la primera productora  y la comunidad de Valencia la segunda, mientras que Castilla-La Mancha ocupa una posición intermedia.

No obstante, en lo que es el almendro no sólo se ha producido una revolución en cuanto a su expansión, también lo ha hecho en cuanto a sus usos con la aparición de nuevos productos como los aceites y las leches de almendra, y en términos de consumo. Aquí precisamente es en donde radica su ‘boom’, o dicho de otra manera, «la almendra está cara no porque se esté especulando con ella sino simplemente porque su consumo ha ido a más. Habrá expansión mientras países como China  o Rusia la sigan teniendo en su dieta». Al día de hoy estamos, en definitiva, ante un cultivo rentable y muy interesante, el cual,  además, tiene como elemento diferenciador en el caso de la almendra española, su gran variedad. Los principales viveros están gestionando pedidos hasta el 2017 pero desde que se planta un almendro hasta que éste empiece a dar producciones interesantes pueden pasar cuatro, cinco o seis años, pues no es lo mismo que la plantación sea de regadío que de secano, como tampoco es lo mismo que sea un año lluvioso o que sea un año seco, tal y como está pasando de un par de años acá con las consiguientes consecuencias, sobre todo, para las plantaciones de secano.  No obstante, concluye diciendo Mañas, «pese a sus perspectivas de futuro, mi principal recomendación es que antes de plantarlos el agricultor se asesore acudiendo, por ejemplo, a las diferentes jornadas que organizan el ITAP, como la que tuvo lugar el pasado 3 de marzo en Villamalea bajo organización de la Sociedad Cooperativa de Castilla-La Mancha,  o el 12 de febrero en Ciudad Real, en donde también hay mucho almendro lo mismo que en Toledo».